El gobierno local evita proteger toda la Fábrica de Gas para dar paso a «un equipamiento moderno»

Cuesta defendió que el plan especial permitirá obtener 2.300 metros para equipamientos y 6.300 para zonas libres, ambos necesarios para dinamizar el Oviedo Redondo y sostuvo que paralizar «una licencia, que es un acto reglado y con informe favorable del servicio» sería «una ilegalidad por la que se pueden exigir responsabilidades», incluso penales. Lo que no pudo explicar es «por qué no estoy yo en la cárcel», según le replicó Nacho Fernández del Páramo, anterior edil de Urbanismo. La misma licencia la solicitó EdP en 2016 y Urbanismo la frenó para negociar la compra del conjunto «y llegamos a un acuerdo en el precio», le recordó el de Somos.

Cuesta evitó confrontar con su predecesor en la concejalía y rebajó la intervención de Del Páramo a «enternecedor debate histórico», y después negó que hubiese algún acuerdo con EdP y sostuvo que cuando se aprobó el vigente plan especial «con el voto entre otros del PSOE» nadie se opuso al documento. Fue su respuesta al repaso de su predecesor en el área a los «errores históricos» cometidos con el patrimonio de la ciudad. «Por 152 pesetas» y «con argumentos falsos «como que el árbol estaba enfermo», Longoria Carbajal «dejó huérfanos a los carbayones», recordó. «150 años después estamos igual». En 1915, siguió, siendo alcalde Cienfuegos, ocurrió el derribo del acueducto. «Ese mismo año fue declarado monumento nacional, pero llegó tarde, solo quedaban cinco arcos». En 1978, con Eloína Suárez, cayó el palacete de Concha Heres. Antonio Masip dijo: «De Lorenzo derribó El Fontán, y yo El Vasco, dos barbaridades», y trazó el paralelismo entre la demolición del corro barroco con el previsto para la Fábrica de Gas: «Como ahora Oviedo se quería presentar a Patrimonio de la Humanidad»...

Somos defendió siete propuestas para paralizar el derribo, todas «honorables, todas legales», desde retomar el acuerdo con la empresa propietaria a buscar un convenio, pasando por otras más drásticas como iniciar una modificación del planeamiento o del catálogo. No salieron adelante. «Nuestro planteamiento es que estos elementos, que carecen de cualquier valor, puedan desaparecer y después abrir un debate acerca de los futuros usos de ese ámbito», cerró Nacho Cuesta.

Por el camino quedó el reconocimiento como hijo adoptivo a Juan Miguel de La Guardia que defendía Vox. Cristina Coto se negó a pactos de pasillos y pidió al equipo de gobierno que «recapacite». El popular Mario Arias replicó que «no tenemos que recapacitar absolutamente nada» y rechazó la urgencia. «El mejor homenaje será recuperar algunas de sus obras como la plaza de toros o el kiosko del Bombé». Y terció Nacho Del Páramo: «De la Guardia fue quien informó el derribo del acueducto. Los técnicos también cometen errores».