La magia y la fuerza de la moda llenan de espectáculo la Pasarela Campoamor

La Pasarela Campoamor ha renovado su éxito cada temporada y este año no podía ser diferente. No lo fue. Ya son siete años y parece que la vida del evento va a ser larga si se tiene en cuenta el éxito de cada nueva temporada.

Una multitud de personas llenaron el Teatro Campoamor para observar de cerca las últimas tendencias en un pasarela, dirigida por Graciela Suárez, que ayer premió a la diseñadora asturiana Celia B y a la directora de la Mercedes-Benz Fashion Week, Ana Rodríguez, dentro de un programa que aunó desfiles de moda, música, magia y mucha actividad frenética.

El hielo lo rompió la colección de bikinis de Dolores Cortés primavera-verano 2025, que contrastó con el tiempo frío de la capital, pero que tuvo mucha aceptación entre el público. Mientras tanto, en la platea, el presidente del Principado, Adrián Barbón, estuvo acompañado de la concejala de Deportes, Concepción Méndez y de Graciela Suárez.

Tras el pase de Cortés, una actuación musical para abrir boca. La arpista paraguaya Noelia Sanabria tocó el Himno de Asturias para agasajo de los presentes. La Pasarela Campoamor aúna moda y música para que la utilización del coliseo ovetense se transforme en un icono dentro del mundo de la alta costura.

Después, uno de los grandes momentos de la noche, la entrevista a Celia B y la entrega –a ella misma– del premio de Difusión Asturiana. Celia B difunde desde su tienda en la calle del Águila su mundo colorista con venta en Estados Unidos, Europa y toda Asia. De vuelta a la pasarela, con la colección primavera verano 2025 de Quetzal, brilló la colección realizada por la diseñadora ovetense Pía Graíño, que desde hace ya más de un par de temporadas descolla en el universo de la moda, de Oviedo al mundo.

El éxito de Quetzal dio paso al momento de galardonar a personajes de la moda. En este caso a la directora de la Mercedes.Benz Fashion Week, Ana Rodríguez, que subió a la pasarela para recoger el premio Difusión de la Moda de España. Un merecido tributo para una mujer que es santo y seña de la fuerza de la moda a través de uno de los desfiles con más tronío de Europa. Y, claro, no podía faltar en un evento asturiano, la obra del también asturiano y tapiego Arturo Obegero, cuyos modelos fueron recompensados con sonoros aplausos por parte de los ocupantes de las butacas del Teatro Campoamor.

Tras la fuerza del desfile de Obegero se pedía una pausa para bajar pulsaciones y salir al exterior del teatro unos minutos. Un cuarto de hora de oro para comentar lo visto hasta el momento y compartir los gustos por los desfiles. Todo ello, dentro de una cuidada organización que cada año va afianzándose un poco más, sin dar nunca un paso atrás.

La pausa terminó rápido y fue el turno de De la Cierva Nicolás. Mostró a los presentes sus nuevas creaciones y antes del cierre con los modelos de Feli Campo, un intermedio musical con el arpa paraguaya y la actuación de Lucía Rivera, que ofreció una demostración de cómo se es la mujer que más rápido se cambia de ropa del mundo y del mago Raúl Alegría ante un público convencido por la moda asturiana.

Qué sería de la moda sin la magia y de esta sin la Navidad.