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Un San Mateo con doble versión

El Ayuntamiento recibe 170 solicitudes para las 36 casetas que «profesionalizarán» los festejos, según los empresarios de la ciudad

ALBERTO ARCE

OVIEDO.

Lunes, 2 de agosto 2021, 01:08

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Fue en 1983 cuando, por iniciativa del entonces alcalde de la ciudad, Antonio Masip; de la exconcejala de Cultura y expresidenta de la junta directiva de la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF), Covadonga Bertrand; y de uno de los asesores de la entidad de fiestas, Felipe Fernández, se inauguró una de las tradiciones que cambiarían la imagen, identidad y concepto de San Mateo para siempre: los chiringuitos. Con ellos, los festejos populares dieron el salto desde la Herradura a las calles de El Antiguo, abiertos para toda la ciudad de Oviedo y para el visitante. Hace dos años fue la última vez que levantaron la persiana y sirvieron sus mojitos y bocatas de calamares en Porlier y alrededores.

El próximo 10 de septiembre, en su lugar se erigirán 36 nuevas casetas destinadas al uso exclusivo de la hostelería. Colmarán, inaugurando un nuevo modelo mateíno, las plazas de El Antiguo y el Campo San Francisco, y abrirán también las celebraciones a otros puntos inéditos como el parque del Truébano, en El Cristo. El concurso está concurrido: 170 solicitudes se han presentado.

No obstante, ante situaciones de cambio siempre aparecen tensiones. El colectivo de chiringuitos históricos (los once que aún existen y fueron apareciendo tras aquellos originarios) se resiste a desaparecer así como así. El caso está por partida triple en los tribunales. Varias de las asociaciones y el Grupo Municipal Socialista han pedido la impugnación de las bases de las casetas ante el Contencioso-Administrativo. «Somos el elemento diferenciador de las fiestas, nosotros creamos San Mateo, y el éxito de los chiringuitos no es económico, sino social», sentenció el portavoz del mítico Rincón Cubano, José Manuel Fernández.

A su lado, media docena de representantes de las casetas tradicionales se reunieron en la plaza de Porlier para charlar con EL COMERCIO y reivindicar su papel y motivo de existencia en el septiembre ovetense. «Somos un lugar de encuentro, un ejemplo de diversidad, concordia y libertad, y de dejar el 'politiqueo' a un lado, porque los chiringuitos no son de izquierdas o de derechas y aquí cabe todo el mundo», resolvió Fernández. «Y siempre, siempre, hemos estado muy unidos», matizó el portavoz de la Aparo (Asociación de Peñas Azules del Real Oviedo), Jaime Campillo.

Entre las razones que esgrimen para mantenerse, dos pesan sobre todas las demás. La primera, «hemos demostrado sobradamente que somos compatibles con la hostelería, tanto con la de El Antiguo como con las casetas del paseo del Bombé», razonó el portavoz de La Guinda, Eduardo Álvarez. «No acaparamos nada, este modelo ya era bueno para todos», señaló, junto a él, David Fernández Incio, del Pinón Folixa.

El segundo motivo, y más delicado, «que las asociaciones que damos vida a los chiringuitos, con el dinero que sacamos de las fiestas, realizamos las actividades de todo el año», explicó Clara María Iglesias desde la Asociación de Festejos de La Corredoria. «Sin eso, no sé cómo vamos a poder celebrar las fiestas de San Juan, nos quedamos sin nada y solos», advirtió.

Del otro lado del tablero, los empresarios de la ciudad creen que, con su presencia en las nuevas casetas, las celebraciones mateínas darán un giro de volante hacia la profesionalización del servicio y la calidad. De sostenerlo se encargó, a su vez, el presidente de la junta local de la patronal de Hostelería y Turismo (Otea), David González Codón. «Oviedo es una ciudad con riqueza gastronómica y hostelera, y eso se va a trasladar a la oferta de San mateo», manifestó el dueño del Clic Bar de Montecerrao. «La hostelería», continuó, «es mucho más que poner bocadillos de calamares». Por eso, «lo que pretendemos es ampliar lo que se consiguió en el Bombé» tras el éxito de 'Gastromateo', ahora abierto a toda la ciudad. Una oferta «de calidad» y una hostelería «profesional», concluyó González Codón.

Interés

Son muchos los que han decidido presentarse al nuevo modelo. El presidente de la Ruta de los Vinos y dueño del Secreto a Voces, Edén Jiménez, ha hecho lo propio. En sus palabras, «no se está cambiando ningún modelo de fiestas, lo que se está haciendo es profesionalizarlas y que sean los hosteleros, a través de un concurso público y lícito, los que se encarguen de esas casetas, no las asociaciones». Algo que, desde su perspectiva, «es lo más lógico».

También habrá hueco para la cultura sidrera -si la suerte lo decide-, con capital en la calle Gascona. El chigrero Pedro Caramés trata de llevar La Finca a las fiestas. A su favor, resumió, «la hostelería tiene la experiencia que aporta estar año tras año al pie del cañón». Eso sí, también tiene una puntualización para el Consistorio. «Lo que menos me convence es que se descentralicen las fiestas del entorno de la Catedral y El Antiguo, su seña de identidad». Y una petición: «A falta de saber cómo evoluciona la crisis sanitaria, lo que necesita San Mateo son conciertos de entidad. Tenemos que creernos que estas son las fiestas de la capital del Principado y por eso tienen que tener el mejor cartel de Asturias». De momento, entre otros, actuarán Alaska, Nil Moliner, M-Clan. También actuarán Rodrigo Cuevas o el grupo Ella baila sola.

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