«Nadie mira para nosotros, yo mismo desbrozo el camino»
Los escasos vecinos de Tresllames piden «atención» al Ayuntamiento para que «también vengan a limpiar nuestra zona»
COVADONGA DEL NERO
OVIEDO.
Lunes, 4 de octubre 2021, 01:34
Camino a San Claudio por la AS-371, una vez superado Las Mazas y apenas unos metros antes de la gasolinera, un cartel señalando hacia la derecha marca el camino a Tresllames. Tras coger la salida y pasar alguna vivienda, aún perteneciente a Las Mazas, una pequeña pendiente señala que ahí comienza Tresllames. «Es Tresllames, no Tresllamas, aunque aparezca así en internet. Nada tiene que ver con su nombre en asturiano, es así en todos los idiomas», explica Daniel Suárez, uno de los apenas cuatro, o «alguno más», vecinos que quedan en el pueblo. «Los mayores han ido falleciendo y aquí ya quedamos muy pocos», lamenta Suárez, quien llegó al lugar hace veintiséis años.
El principal problema que sufre el pueblo, además del despoblamiento rural, es el olvido. «Nadie mira para nosotros ni nos tiene en cuenta para las labores de limpieza y mantenimiento que necesitamos», critica Suárez. El desbroce de los caminos es lo que requiere una más rápida solución. «Yo mismo desbrozo el camino porque en todo este año no han venido ni una sola vez». Algo en lo que coincide otro de los vecinos. «Ese trabajo supone un gasto de mi dinero, tiempo y esfuerzo, que nadie está teniendo en cuenta», añade.
«Soy yo quien limpio, pero también soy yo quien paga el IBI», se queja el vecino. Dice estar «cansado» de mandar escritos al Ayuntamiento para que «no me hagan caso», motivo por el que este año «ni siquiera me he molestado, porque me enfada aún más la respuesta».
Paz«a tiro de piedra»
Daniel Suárez aparece en bicicleta por la zona «centro» del pequeño pueblo, que apenas son un puñado de casas, todas ellas sin vida en su interior, exceptuando una. Entre las viviendas donde un día hubo pueblo, un hórreo se mantiene en pie, y da cobijo a decenas de gatos que miran aterrados el paso de personas, algo a lo que no acostumbran. «Es un lugar muy tranquilo, lleno de animales: topos, corzos, jabalíes... He visto de todo».
«Si vienes a su casa, cómo no te los vas a encontrar. Eso sí, si no molestas, no hacen nada», explica Suárez, mientras ve pasar a un pequeño topillo que se confunde con un ratón. «Utilizo la bicicleta para todo». Aprovecha el camino hasta San Lázaro de Paniceres para, en apenas, «diez o doce minutos estar en La Florida». Una vez allí, «la cando a cualquier lado y listo. Mucho más barato que un coche», sostiene.
Este vecino recuerda, mirando hacia el horizonte lleno de naturaleza, cómo «destrozaron la primera casa del pueblo y una panera para edificar». Un plan urbanístico que aún no se ha llevado a cabo. Por la zona existe también un nido de ametralladora «cubierto de maleza», pero ya catalogado por la Asociación para la Recuperación de la Arquitectura Militar Asturiana (Arama).