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Juan Carlos Rodríguez-Ovejero posa para EL COMERCIO delante del Teatro Campoamor. ALEX PIÑA
«Oviedo es un foco que irradia lírica, seremos la ópera de Asturias y más allá»
Juan Carlos Rodríguez-Ovejero, presidente de la Fundación Ópera

«Oviedo es un foco que irradia lírica, seremos la ópera de Asturias y más allá»

«Jaime Martínez fue un ángel de la guarda para la ópera en la ciudad, él y Luis Bartolomé marcaron el camino y las pautas que ahora seguimos»

RAFAEL FRANCÉS

OVIEDO.

Domingo, 10 de abril 2022, 02:02

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Juan Carlos Rodríguez-Ovejero es un ovetense melómano, educado con los jesuitas, amable y siempre dispuesto a buscar acuerdos. Preside la Asociación de Amigos de la Ópera y el patronato de la Fundación desde 2018 cuando sustituyó a Jaime Martínez y fue reelegido en el cargo a mediados de 2020. Charla con EL COMERCIO sobre el presente y futuro del género mayor en la ciudad. Aún quedan cosas por hacer.

-El Ayuntamiento ha concedido la Medalla de Oro de la ciudad a la Ópera. ¿Qué piensa la cabeza visible?

-Estamos entusiasmados y orgullosos y, además, ha sido por unanimidad de todos los grupos políticos. La verdad es que el premio al esfuerzo que se hace desde 1948, cuando empezó todo en Oviedo. En realidad, es una especie de milagro que en la España periférica podamos mantener una actividad como la ópera con el Ayuntamiento como valedor, con la colaboración del Principado y con un Gobierno central que no ha reconocido el mérito de esta lucha y que creo que debe ayudar más.

-Perdone por hablar de edad pero, ¿no cree que la ópera en Oviedo tiene una media de edad alta entre los asistentes?

-Uno de nuestros objetivos es precisamente ese: rejuvenecer, hacer que las nuevas generaciones se enamoren de la ópera y abandonar un poco ese perfil más tradicional que tenemos.

-¿Cómo se atrae a los jóvenes?

-Con nuevos programas e ideas. Hemos creado lo que llamamos los 'Viernes de Ópera' en el que cabe un perfil de gente más joven, con el precio de la entrada más asequible. Estamos trabajando las franjas de edades. Mire, tenemos una ópera para bebés, es un proyecto pionero en el que incluso hemos puesto cambiadores de dodotis para ayudar a los padres. Pero no solo eso. Pese a la pandemia, que lo ha distorsionado todo y retrasado muchas cosas, en la sala Emilio Sagi los niños de hasta 10 años participaban de las obras, jugaban e incluso habían hecho trabajos en el colegio sobre óperas.

-¿Y hasta la veintena?

-Vamos por partes. Para los jóvenes de 12 a 15 años ofrecemos su presencia en los ensayos generales para que puedan disfrutar de las óperas. Para los universitarios hay varios convenios para que las entradas sean más accesibles económicamente. En concreto, los 'Viernes de Ópera', el rango de precios va desde los 18 hasta los 80 euros. Creo que son cifras muy asequibles para que los jóvenes puedan acceder y disfrutar. Tampoco podemos tirar los precios porque las producciones son muy caras y siempre andamos justos de dinero. Esa es la historia de nuestra vida. Qué le voy a contar...

-¿Se ha reducido el número de socios?

-Hemos roto esa tendencia que existía a la baja y que ha habido en la mayor parte de los teatros de España. Es verdad que Oviedo y Asturias tienen una población envejecida, pero la base está en los abonados y si los asturianos se abonan, podremos acometer otros planes.

-¿Y cómo se consigue que se abonen?

-Con los programas de apoyo adicional que tenemos en marcha. Hay 73 mecenas y 30 amigos junior. Casi los hemos duplicado en los últimos años. Hay bastante gente joven que apoya físicamente para poner en marcha las producciones. Mi nieta recién nacida creo que es la más joven de todos.

-Hasta que llegó la pandemia, la ópera mantenía una expansión que la llevaba al liderazgo lírico del norte de España. ¿Se sigue en ese camino?

-Hemos tenido un paréntesis en la expansión con la pandemia pero seguimos teniendo el objetivo de ser el referente. Y lo vamos a conseguir. Ahora no hay otra ópera como la nuestra. Debemos atraer público de León, que está a menos de una hora de Oviedo, Salamanca o Valladolid, que están relativamente cerca. Con un poco de ayuda conseguiremos la expansión que nos proponemos y ser el referente de la ópera en el norte de España. Pero siempre sin olvidarnos de la suavidad, la prudencia y la elegancia.

-Sobrevivieron a la pandemia.

-Podíamos haber cerrado hasta que pasase todo el desastre de la pandemia pero la responsabilidad que tenemos ante la historia nos lo impidió. En Amigos de la Ópera se ha juntado una gran fuerza como es el asturianismo bien entendido y así funcionamos, somos llorones pero hemos tirado hacia adelante.

-¿Qué hizo que tiraran del carro?

-La llama cultural fue muy importante porque no podíamos dejar que se muriera algo tan capital para la cultura como la ópera, pero también que había muchos puestos de trabajo en juego. Tenemos una satisfacción, bien entendida, muy grande. Aunque debo reconocer que tuvimos mucho apoyo de las administraciones, principalmente la sanitaria, con la que colaboramos para poder abrir en la medida de las posibilidades que ofrecía la salud de la población.

-Parece que son soñadores.

-Somos soñadores realistas. Con los mimbres que tenemos actuamos y creo sinceramente que ese es el modelo que debemos seguir y lo que queremos ser. De hecho, creemos que podemos hacer muchas más cosas, y lo vamos a hacer.

-¿No han pensado en realizar intervenciones en la calle, como un 'flashmob' en un plaza?

-Va a haber sorpresas la próxima temporada y una de ellas será algo así. Pero también, por ejemplo, la representación de «La dama del alba» como un homenaje a la tradición lírica en Oviedo, pero también a la tradición asturiana. Oviedo es un foco que irradia lírica y la ópera de Oviedo tiene que ser la de Asturias y más allá,

-¿La sombra de Jaime Martínez, su antecesor, es alargada?

-Sí, y damos gracias a Dios porque él y Luis Bartolomé crearon un plan estratégico en cuanto a títulos e ideas que han marcado un buen camino. Son pautas que nosotros seguimos a pies juntillas. Jaime Martínez fue un ángel de la guarda para la ópera en Oviedo.

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