Las Pelayas decidirán el diseño del albergue de peregrinos del monasterio
El Principado consensúa con las hermanas diferentes propuestas sobre el espacio que ocupará y su acceso al convento
La Consejería de Cultura está en permanente contacto con las monjas benedictinas del Monasterio de San Pelayo de Oviedo, que acogerá un albergue de peregrinos. Serán las hermanas las que decidan cómo quieren que sea la reforma del convento para que pueda acoger a los caminantes. «Es un tema complejo por la alta protección que tiene el edificio y por el uso que realiza la comunidad benedictina, pero estamos en conversación con las monjas. Ya tenemos varias propuestas encima de la mesa que estamos intentando consensuar con la comunidad», explicó el director general de Patrimonio Cultural, Pablo León. La intención de Patrimonio es cerrar este mismo año la propuesta elegida para desarrollar un proyecto arquitectónico.
El Principado ha contratado una asistencia técnica que trabaja sobre varias propuestas para el albergue. «Tenemos que ver qué espacios son los que podríamos adaptar, estamos en ello, todavía cerrando una propuesta arquitectónica y de viabilidad», aseguró el directo general de Patrimonio. Y añadió: «Hemos contratado una asistencia técnica de un arquitecto que nos está haciendo varias propuestas, con la comunidad. Estamos todavía intentando cerrar un plazo para hablar con ellas aunque la verdad es que estamos constantemente en contacto», afirmó León.
«Espero que podamos cerrar pronto ya una propuesta de usos, de qué espacios serían los que ocuparían el albergue del peregrinos, qué acceso tendrían. La idea es tener este año la propuesta para desarrollar un proyecto arquitectónico. Hay que ver qué necesidades tienen ellas de espacios y cómo se acondiciona el espacio que se concede para el albergue respetando el nivel de protección que tiene el edificio que es muy alto», insistió.
Fue justamente hace dos años cuando Cultura dio luz verde a la idea del albergue. Una mudanza que, como ya avanzó el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, «vendría muy bien al Camino Primitivo y a las Pelayas», porque los peregrinos «no tendrán que desplazarse hasta allí arriba», –en referencia al Seminario– y tendrán al lado la Catedral para iniciar las trece etapas hasta Santiago de Compostela.
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