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Una obra necesaria y obligada por los desprendimientos que aguarda desde hace tiempo. También una obra delicada y no menos complicada. Complicada porque las labores ... de rehabilitación de la fachada histórica del Conservatorio Superior de Música Eduardo Martínez Torner, en plena Corrada del Obispo, –que inevitablemente levantarán polvo y ruido– se compatibilizarán con el uso de un edificio en el que se hace, se estudia, música. Y delicada porque el proceso de limpieza requerirá «buscar un equilibrio» y hacer pruebas in situ para determinar el proceso de actuación y no perder «la pátina histórica».
Será una estricta restauración de los materiales de las, en realidad, tres fachadas (con piedra, carpintería de madera y rejería metálica) que componen el inmueble, a las que se sumarán trabajos para desarrollar «el nuevo sistema de fijación de los balcones a la fachada mediante elementos superpuestos, penetrando únicamente en la fábrica tornillos de acero inoxidable; frente a la situación actual en la que los elementos metálicos que conforman el balcón están empotrados en la piedra, ocasionando fracturas en esta por la corrosión del metal. Y la nueva cubierta de los miradores, con chapa de zinc en lugar del plomo existente», explica Julia Cuenca, de Cuenca Arquitectos, estudio autor del proyecto.
Un proyecto que presentaron el pasado noviembre y aprobado este mes de marzo por el Consejo de Patrimonio Cultural de Asturias. Luz verde pues a esta necesaria actuación que cuenta con un presupuesto base de licitación de 261.465 euros –la Consejería de Educación dispone de una partida habilitada en el presente ejercicio de 150.000 euros–. Si todo va según lo previsto, podrá comenzar a finales de año. Así, en 2026, el Conservatorio Superior lucirá sin ataduras, como, por ejemplo, la malla que lo protege para seguridad de los viandantes.
Una malla colocada hace un año para frenar los desprendimientos. En medio de este escenario, Cuenca Arquitectos elaboró el proyecto ahora aprobado por lo que «nos tuvimos que basar bastante en el estudio petrológico».
Las tres fachadas del Conservatorio –declaradas Bien de interés Cultural– proceden de lo que fue la casa del Deán Payarinos, una de las obras emblemáticas del arquitecto municipal Juan Miguel de la Guardia en 1901, encargada en 1899 por Benigno Rodríguez Pajares, conocido popularmente como el deán Payarinos. Tras el fallecimiento de este en 1920, comenzó la decadencia del edificio que desembocó, prácticamente, en un estado de ruina.
No fue hasta 1985 cuando se realizó un proyecto de rehabilitación y su adaptación al uso de conservatorio de música, a cargo del arquitecto Javier Calzadilla. Tras un proyecto de reforma y ampliación, en 2019 una inspección municipal ya informó de deficiencias en las fachadas, por lo que se acometió un proyecto de mínima intervención de reparación de abombamientos y grietas. Años después, en 2024 y tras otra inspección y un proyecto de rehabilitación de las fachadas no ejecutado, se desprendieron fragmentos pétreos a la vía pública, por lo que en abril de 2024 fue necesaria la instalación de la malla retenedora.
Bajo el proyecto de Cuenca Arquitectos, se actuará sobre 670 metros cuadrados de fachada a través diferentes reparaciones, tratamientos y limpieza de la piedra. Se restaurarán los elementos de madera, galerías y ventanas, los herrajes metálicos y se actuará en los tejadillos de las galerías. Las tres fachadas lucirán como nuevas en 2026 para los músicos, los ovetenses y foráneos en un enclave principal de la capital: el Oviedo Antiguo.
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