Ana Torroja desafía a la lluvia y llena el escenario de Uría

Miguel Montero, con esclerosis múltiple, emplea en sus terapias las canciones de Mecano y de Ana Torroja. Por eso cuando la Concejalía de Festejos, en manos de Covadonga Díaz, anunció que el primer concierto de las fiestas de San Mateo en la plaza de la Escandalera era de la artista madrileña, se pusieron en contacto con el Ayuntamiento para solicitar sitio al lado del escenario. Y allí estaba ayer, viéndola cerca y cantando todas esas letras que tanto le están ayudando. El recital supuso un hito en las fiestas de la ciudad. La calle Uría se cortó para el camión-escenario que replicó al encendido de las luces de Navidad. Tal fue el éxito que cosechó en diciembre que ayer acogió su primer concierto, que abrió Fran Juesas para ofrecer 'La canción de Oviedo' bajo un fuerte chaparrón. La expectación, a continuación, fue máxima.

Hubo una cuenta atrás antes de que saliese la artista madrileña. Los números se intercalaron en las tres pantallas colocadas por el Ayuntamiento en los alrededores de la plaza de la Escandalera con imágenes de la década de los ochenta. El público vio en pantalla al cineasta Pedro Almodóvar o el Mundial de fútbol del 82: hasta que, de repente, llegó el gran momento.

Torroja ya había avanzado que sería «un día muy especial». La cita en la capital asturiana fue la última de su gira 'Tour Volver' antes de iniciar sus conciertos por México, Puerto Rico y Chile. Nada más salir al escenario interpretó un tema que hizo vibrar al público. Era 'Ay qué pesado', que Mecano lanzó en 1986.

La lluvia no impidió que la calle Uría se llenase, llegando los espectadores hasta el mosaico del paseo de los Álamos.

Entre el público hubo muchos paraguas, pero nada impidió que bailasen y cantasen los clásicos tanto del grupo como los de Torroja en solitario. El desmontaje del escenario comenzó una vez acabado el concierto para reabrir al tráfico la calle Uría y sus alrededores. Hasta el próximo viernes, cuando se vuelva a montar. Será para la actuación de Tekila. Comenzará a las diez de la noche y será gratuita. Hasta entonces queda mucho por festejar.

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