Roberto Suárez
«La dotación económica del premio sería un impulso, pero el verdadero valor es la visibilidad y la autoestima que nos daría»
Roberto Suárez es el presidente de la comisión de la candidatura de Trubia a Pueblo Ejemplar y un trubieco de nacimiento con profundos lazos ... familiares con la fábrica de armas. Aunque economista de formación y con una diversa carrera que incluye la política y la hostelería, su verdadera vocación es la de cronista e historiador de su pueblo. Ha dedicado años a investigar en archivos para escribir varios libros, cómics históricos y artículos, y ha organizado recreaciones sobre la rica herencia industrial y militar de Trubia, convirtiéndose en el principal embajador y guardián de la memoria de la villa cañonera.
–¿Qué les ha motivado para postular a Trubia como Pueblo Ejemplar justo ahora?
–De mi parte, ya pensaba en el tema de presentarnos desde hace tiempo. Trubia tiene cosas singulares que no tiene ningún otro municipio. El Pueblo Ejemplar recoge en sus bases precisamente eso, qué singularidades tiene Trubia. La idea tomó forma hablando con más gente de aquí, entre ellos un amigo, Alberto, que ya había participado en la candidatura de Cadavedo. Nos reunimos varias veces en el centro social, en el Casino, y finalmente creamos una comisión de doce personas para trabajar intensamente en la memoria de la candidatura que precisamente presentaremos en breve.
–Usted es el presidente de esa comisión. ¿Cómo asume esa responsabilidad?
–Cuando la constituimos, me llamaron presidente y así quedó. Mi vida ha dado muchas vueltas, soy economista, trabajé como asistente parlamentario en el Parlamento Europeo, he tenido locales de hostelería... Pero mi gran pasión es la historia de Trubia. Mi padre fue aprendiz en la fábrica, como gran parte de mi familia, y aunque nos marchamos a Gijón cuando yo tenía nueve años, el vínculo nunca se rompió. He pasado casi un año de mi vida, sumando todos los días, investigando en los archivos de la fábrica, en Simancas, en Segovia... De ahí han salido varios libros, artículos y recreaciones históricas que hemos hecho aquí, así que asumo este cargo con ilusión y responsabilidad.
–¿Qué significa Trubia para usted?
–Todo. Me encanta su historia y su pasado, que es muy glorioso en todos los sentidos. La fábrica fue importantísima en la historia de España, con hitos como la primera escuela de formación profesional obrera de Europa, el primer carro de combate diseñado y construido en España... Podríamos seguir. Es un lugar con un peso histórico tremendo que intento siempre transmitir a todo el que viene a Trubia.
–¿Cuáles son los pilares que defienden en la candidatura?
–El lema final que elegimos fue 'Trubia y su patrimonio cultural y humano', porque nuestro plato fuerte es el papel de la Escuela de Aprendices. Arrancó en 1850 y de ahí salió una cantidad de gente que luego pobló toda España. Hay historias increíbles, como la de Manuel Álvarez, de familia humilde de Grado, que fue número uno de su promoción. La fábrica lo becó para estudiar ingeniería en Madrid y a su vuelta, generosamente, donó parte de su sueldo para becar a otros. Ese es el espíritu de Trubia. También destacamos el patrimonio industrial, las nuevas empresas, la labor de los colegios, del Juvencia, que es la entidad más antigua, y toda la afición musical y cultural que siempre ha habido aquí.
–El premio valora mucho el esfuerzo comunitario. ¿Han sentido ese apoyo?
–Totalmente. Hemos recogido 1.550 hojas de adhesión, un dato que habla por sí solo. Las cuatro grandes empresas radicadas aquí no solo nos han apoyado económicamente, sino que estarán presentes en un brindis por el éxito de la candidatura. Y la hostelería y el comercio también han colaborado. A todos se les dejó claro que la aportación era voluntaria y la cantidad, la que quisieran. Y todos, todos han arrimado el hombro.
–Trubia también afronta retos importantes, como el estado de algunos edificios o los baches en las calles
–Sí, y yo confío en que, si ganamos, el Ayuntamiento deberá intervenir. Nos apoyan, pero con la misma neutralidad que al resto de candidatos. Sin embargo, un premio como este pondría a Trubia en el foco. Es una oportunidad para revitalizar el pueblo, para que se solucionen problemas como el teatro rodeado de redes o las casas derruidas. La dotación económica del premio sería un impulso, pero el verdadero valor es la visibilidad y la autoestima que nos daría.
–¿Con qué se queda de esta experiencia, ganen o no?
–Con el trabajo de la comisión. Hemos formado un grupo humano con una amistad muy fuerte. Y, sobre todo, con el orgullo de estar ahí, luchando con fuerza, y de escuchar a la gente decirnos que esta candidatura es muy potente. Solo por eso, ya ha merecido la pena.
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