Porridge Radio: «Esta noche será una dulce despedida»

No tiene claro cómo será el cierre de esta etapa, «pero debería ser una dulce despedida», declara Margolin. «Es un alivio que sea el final, pero está siendo también muy bonito poder tocar estos conciertos». Una gira de despedida que les ha llevado hasta festivales de toda Europa para poner el broche final que merecía su carrera y hacerlo, además, acompañados de su público, que se ha mostrado «muy amable, ha escuchado y ha abierto sus corazones», destaca. «Ha sido genial».

Más de diez años al frente de una banda le han permitido «hacer música con mis amigos, viajar por todo el mundo, ver tantos sitios, conocer a tanta gente, conseguir vivir mi sueño» y, por encima de todo, «divertirme. He aprendido mucho y crecido mucho», afirma. Pero la exposición y la vida pública han hecho que a veces se haya visto reducida «a una persona de dos dimensiones», un personaje al servicio de una industria musical tan cambiante como complicada.

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El futuro, después de conciertos como el de esta noche, está abierto a todas las posibilidades. Margolin no sabe si será en la música, si optará por la creación plástica –donde también destaca como artista– o se abrirá a horizontes totalmente nuevos, pero se muestra «abierta a todas las nuevas experiencias». «Tengo un montón de ideas y un montón de direcciones a seguir. Pero en este momento, necesito terminar esta gira», zanja.

Durante la noche de este viernes (22.30 horas) subirán a un escenario por el que antes habrán pasado Nadie Patín y Queralt La Hoz y que terminará con Los Punsetes, cerrando una primera noche del festival con el que el verano asturiano da su pistoletazo de salida.