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Don Quijote nos 'enseña' sus vinos

Don Quijote nos 'enseña' sus vinos

Siguiendo los pasos del protagonista más famoso de nuestra literatura no solo descubrimos la belleza de las tierras manchegas sino de los exquisitos vinos que nacen en ellas

GUÍA REPSOL

Viernes, 19 de septiembre 2014, 12:28

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Hace ya más de 400 años que Miguel de Cervantes escribía sobre los andares de un lánguido hombre y su escudero. Poco debía imaginar que, cuatro siglos después, se seguiría recorriendo los escenarios en los que imaginó las hazañas de su ingenioso hidalgo, Don Quijote. Gracias a su novela, los campos de Castilla se han dado a conocer alrededor del mundo. Siguiendo los pasos del protagonista más famoso de nuestra literatura no solo descubrimos la belleza de las tierras manchegas sino de los exquisitos vinos que nacen en ellas. Una sabrosa ruta con olor a vid y sabor a paraíso.

De los numerosos escenarios que recorre Don Quijote a lomos de su fiel Rocinante, en esta ruta pasaremos por aquellos en los que la vid se vuelve protagonista, desde Quintanar de la Orden, en la provincia de Toledo; hasta Santa Cruz de Mudela, en Ciudad Real. Un itinerario repleto de fincas y bodegas que atesoran el tradicional arte de la viticultura manchega y los mejores vinos de las Denominaciones de Origen La Mancha y Valdepeñas.

Los vinos tintos que se producen bajo la protección de la Denominación de Origen (D.O.) La Mancha se elaboran principalmente con uvas Cencibel o Tempranillo, Garnacha, Moravia, Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah. Mientras, las variedades de uvas autorizadas para elaborar los vinos blancos son Airén, Pardilla, Viura o Macabeo, Chardonnay y Sauvignon Blanc.

El reino de la hermosa Dulcinea

Las andanzas del Ingenioso Hidalgo comienzan en Quintanar de la Orden, en tierras toledanas. Una localidad famosa por su Casa de Piedra, su plaza de toros y por la bodega Condesa de Leganza, del Grupo Faustino. Allí se elabora el Condesa de Leganza, en sus variedades tinto, rosado y blanco, amparados por la Denominación de Origen La Mancha.

La siguiente parada obligada es El Toboso, el lugar de origen de Dulcinea, el gran amor de Don Quijote. Aquí podemos conocer la bodega Venta de Don Quijote (en cuya finca fue armado caballero el ingenioso hidalgo). Nuestro camino sigue hasta Campo de Criptana, donde además de los famosos molinos contra los que luchó Don Quijote, se encuentran las bodegas de El Vínculo -otro vino con D.O. La Mancha- y el vino blanco Alejairén, del Grupo Pesquera.

Seguimos nuestro camino hacia el sur, hasta Argamasilla de Alba. Aquí tenemos, muy cerca del Castillo de Peñarroya, las Bodegas Montalvo-Wilmot, donde se puede degustar el Cabernet Sauvigon, de la D.O. La Mancha.

La capital del vino

A lomos de su fiel Rocinante, Don Quijote cabalgó hasta los límites manchegos, donde se adentró en las serranías para retirarse y meditar sobre sus nuevas aventuras. En esta zona, la comarca de Campo de Montiel, podemos sentirnos ya en plena capital del vino puesto que aquí se elabora la Denominación de Origen Valdepeñas, que incluye los términos municipales de Valdepeñas, Alcubillas, Moral de Calatrava, San Carlos del Valle, Santa Cruz de Mudela, Torrenueva y parte de Torre de Juan Abad, Granátula de Calatrava, Alhambra y Montiel.

Las variedades de uva autorizadas en esta D.O. son: Airén, Macabeo, Chardonnay, Verdejo, Sauvignon Blanc y Moscatel de grano menudo, para los vinos blancos. Mientras que los tintos se elaboran exclusivamente con uvas de las variedades: Cencibel o Tempranillo, Garnacha, Cabernet Sauvignon, Merlot, Sirah y Petit Verdot. Podemos conocer toda la historia sobre estas uvas y sus vinos en el Museo del Vino de Valdepeñas, ubicado en una antigua bodega de 1901. En esta misma localidad es también recomendable visitar las bodegas Viña Abali (del grupo Félix Solís) cuyos tintos, blancos y rosados protege la D.O. Valdepeñas.

Asomándonos ya a Andalucía, pero sin dejar la provincia de Ciudad Real, llegamos al final de nuestra ruta. La última parada es Santa Cruz de Mudela, donde los Montecruz, otros vinos de la D.O. Valdepeñas, producidos en las bodegas Los Marcos, hacen honor a la fama vinícola de esta tierra. Un broche final perfecto para recordar con buen sabor de boca este itinerario que nos ha llevado a conocer los campos donde Don Quijote vivió sus mayores hazañas.

Fuente: Guía Repsol

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