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Valles pasiegos, verdor infinito en el interior de Cantabria

Valles pasiegos, verdor infinito en el interior de Cantabria

Esta región representa la comunidad cántabra en todo su esplendor, naturaleza en estado puro y una exquisita gastronomía

Álvaro Romero

Jueves, 23 de mayo 2019, 11:48

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Los idílicos Valles Pasiegos se extienden por el corazón de Cantabria, a pocos kilómetros de Torrelavega y Santander y no muy lejos de la costa. Además, limita al sur con la comarca de las Merindades, provincia de Burgos. Su situación les convierte en un enclave estratégico perfecto y les consolida como un destino turístico privilegiado, un lugar alejado del ruido y las aglomeraciones donde se respira aire puro y prima la tranquilidad y el sosiego. Mención especial merece su valioso patrimonio natural, histórico, artístico y cultural.

La región la forman los valles del Pas, Pisueña y Miera, con sus respectivos ríos y fascinantes paisajes formados por infinitos pastizales y el verdor de las laderas montañosas que se extienden hasta donde alcanza la vista dejando una estampa idílica, de película. Sus gentes ponen la guinda al pastel, los lugareños tan reservados como hospitalarios reciben al viajero siempre con los brazos abiertos mostrando un nivel de bondad difícil de igualar.

El omnipresente color verde

Los campos pasiegos permanecen poblados desde tiempos ancestrales, faceta patente en todo momento. Multitud de cabañas de piedra salpican estas tierras y rompen la tan hermosa como verde monotonía, pues este color es sin duda el omnipresente protagonista de los Valles Pasiegos.

La unión de montañas ayudó a la comunicación entre los valles favoreciendo la trashumancia de la ganadería vacuna y de sus pobladores, los pasiegos, quienes se desplazaban en familia de cabaña en cabaña con el objetivo de encontrar los mejores pastos. Unas gentes que se supieron adaptar a través de los siglos a las peculiaridades del terreno y del entorno, sacándole el máximo partido. A día de hoy una carretera une los núcleos urbanos más destacados.

Un total de 16 municipios comparten una comarca donde destacan pueblos como Liérganes, Puente Viesgo o Castañeda, puertas de entrada a esta bella comarca y tres de los núcleos urbanos más poblados. Sin embargo son las villas de San Pedro del Romeral, San Roque de Riomera y Vega de Pas, las que mejor representan la tradición, el modo de vida de sus gentes y las costumbres que han ido pasando de generación en generación.

En todos estos pueblos se pueden contemplar casas tradicionales levantadas en piedra, calles anárquicas y desordenadas donde se alzan imponentes palacios y casonas, símbolos de tiempos de esplendor y abundancia. En ellos domina el silencio, roto tan solo, por el canto de los pájaros y el mugido de las vacas.

Recetas deliciosas, productos excepcionales

Los locales de hostelería, tanto hoteles como restaurantes se esfuerzan por brindar experiencias únicas al viajero ofreciendo cómodos alojamientos y una gastronomía superlativa donde el producto local, de excelente calidad, se convierte en el protagonista de la mayor parte los platos.

Una cocina tradicional, de sabor, aromas y abundancia, pensada para comensales de buen yantar. Convertida en valor cultural y seña de identidad, allí se sirven desde carnes autóctonas hasta pesca de río, pasando por frutos de la tierra y cultivos naturales que pasan directamente a la mesa, sin necesidad de tratamiento alguno.

Por todo eso el turismo gastronómico es uno de los puntos fuertes de la comarca, los productos lácteos y derivados de la leche, quesadas, bizcochos y sobre todo sobaos, hacen las delicias de los paladares más exigentes. Sus sabores son únicos y originarios, valorados y reconocidos en todo el territorio nacional.

Turismo para todos los gustos

Los Valles Pasiegos ofrecen multitud de posibilidades, turismo para todos los gustos y necesidades. Desde el descanso y la tranquilidad ya mencionada hasta la posibilidad de descargar adrenalina con actividades de aventura en plena naturaleza, pasando por turismo termal y de bienestar en alguno de sus balnearios.

En estas tierras también es posible visitar cuevas de gran valor histórico y cultural pues conservan pinturas rupestres de gran valor, representaciones prehistóricas de animales y símbolos humanos. Realizar rutas de senderismo o subir el puerto de Lunada hasta el mirador de Cuvalruyo, desde donde se puede disfrutar de las mejores vistas de los Valles Pasiegos, son planes imperdibles para todo amante de la naturaleza.

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