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La catedrática de Biología Celular y exdiputada de Ciudadanos Ana Coto. ARNALDO GARCÍA
«No puedo obedecer sin que me den argumentos, nunca lo hice ni lo haré»

«No puedo obedecer sin que me den argumentos, nunca lo hice ni lo haré»

«Entiendo la disciplina de partido, pero me parece que esas normas tienen que enviarse en tiempo y forma, y que en base a ellas hay que actuar». Ana Coto. Exdiputada de Ciudadanos

JOSÉ L. GONZÁLEZ

GIJÓN.

Viernes, 3 de enero 2020, 02:25

Ana Coto (Oviedo, 1967) se ha convertido en la última semana en la protagonista de la política regional. Esta catedrática de Biología Celular que llegó a Ciudadanos de la mano de Juan Vázquez decidió romper la disciplina de voto impuesta por la gestora del partido, que a última hora ordenó un 'no' a las cuentas del PSOE cuando se daba por hecho un acuerdo para facilitarlas con una abstención.

-No hace mucho que llegó a la política, ¿qué esperaba de ella?

-Me llamaron para una cosa muy concreta, ver si podía apoyar o hacer algo en ciencia.

-¿Qué esperaba de la política?

-No soy mucho de expectativas. Lo que tenía claro es que había que hacer algo en ciencia.

-¿Qué se encontró?

-Algo completamente distinto a lo que trabajaba. Hay poquitas cosas que sean tan diferentes a mi trabajo. Fue distinto, interesante, aprendí muchísimo, pero ha sido muy complicado. Es duro.

-Nunca se la oyó discrepar públicamente de la línea del partido. ¿Qué la llevó a tomar la decisión de abstenerse?

-El grupo parlamentario, unánimemente, decidió no hacer enmienda a la totalidad. No teníamos ninguna directriz para hacer otra cosa. En base a ello empezaron las negociaciones. No participé directamente, pero sí en la preparación de los temas. Durante ese periodo, en las consejerías que yo conocía sí que nos concedieron cosas. No puedo decir si son buenas o malas o muchas o pocas, pero sí que sé que se negociaron cosas.

-¿Todo iba bien?

-Todo iba normal. Entre el 15 y el 19 de diciembre empezó a haber rumores de que podría ser que a la gestora no le gustase la dirección que estábamos tomando. Luego se hizo el comité autonómico, que dijo que todo estaba bien. La semana pasada, el viernes, nos llegó oficialmente que la gestora decía que había que seguir la disciplina del partido, que había que votar en contra y no nos dieron razones ni argumentos, sencillamente había que votar en contra.

¿La gestora estaba informada?

-Sí.

-¿Pusieron reparos?

-Cuando tuvimos la reunión el viernes sí que dijeron que se les había contado todo y que después de saberlo habían dicho que se votase en contra.

-¿Se arrepiente de la postura que adoptó en el Pleno?

-No. El mismo viernes informé de que me iba a pensar mi voto en las siguientes 48 horas. Entiendo lo que es la disciplina de partido, pero me parece que esas normas tienen que enviarse en tiempo y forma, y que en base a ellas se tiene que actuar. Que nos digan que no en un momento en el que ya se había realizado todo lo anterior, sin que nos den una razón, sin que haya argumentos y encima teniendo en cuenta que esas negociaciones habían llevado a aceptar nuestras propuestas... no se puede decir que no, no es justo. Eso sí que lo tenía claro. No sabía si tenía que dimitir o no, pero el voto sí, era lo que habíamos dicho que íbamos a hacer. Tengo una trayectoria y no puedo obedecer a algo sin que me den argumentos. No lo he hecho nunca y no lo voy a hacer ahora. Lo tenía claro y lo voy a seguir teniendo. Luego, tras pensar esa decisión, vi que dentro del grupo parlamentario iba a tener muy poco que hacer, que aportar. Por eso decidí dimitir.

-Sus compañeros de grupo, ¿entendieron la decisión?

-No he tenido oportunidad de hablar con mis compañeros después del 30.

-¿Y la dirección?

-No he tenido nunca relaciones importantes con el partido.

-El resto del grupo parlamentario, ¿tomó la decisión correcta?

-Mi situación era muy distinta. No soy quien para decir para decir si lo han hecho correctamente o no.

-Dentro del partido hay dos sensibilidades. ¿Se encuadraba en alguna de ellas?

-Esas dos ideas existen, pero cuando decidimos no presentar la enmienda a la totalidad fue porque vimos una oportunidad de sacar adelante proyectos. En la oposición tienes pocas opciones de sacar cosas adelante. Dentro del grupo no hubo vertientes.

-¿Hubo quejas de la dirección por iniciar ese proceso?

-No, recibimos la queja final.

-Han pasado unos días, ¿entiende la decisión de la gestora?

-No. Es que tampoco nos dieron razones. Que pueda haber una idea desde el punto de vista nacional, puede ser que la haya, pero a nosotros no nos la transmitieron. En cada comunidad autónoma hay problemas específicos y cuando estábamos en la Junta pedíamos cosas para Asturias. A mí me votaron los asturianos y lo que tengo que hacer es luchar por eso. Entiendo que hay disciplina de partido y si hubiese sido desde el principio se hubiese acatado. Pero desde el punto de vista pragmático, quería cosas para Asturias.

-¿En que situación queda ahora el partido?

-Supongo que teniendo que atender más a lo que diga la gestora antes de tomar una decisión, porque esto que ha pasado no puede volver a pasar.

-¿Cuánto ha influido el próximo congreso en la decisión de la gestora?

-Lo que ha pasado en Asturias no sé hasta qué punto va a tener repercusión a nivel nacional. Pero sí que se ha dado visibilidad a lo que ha ocurrido. No sé si va a tener efecto, pero debería tenerlo. Supongo que será un aviso a navegantes.

-¿Algo así como 'no se acerquen tanto al PSOE'?

-Si es que esa no era la cuestión, podrían haberlo dicho de una forma razonada, meditada y en su momento. Claro que lo pueden decir, de hecho me parecería lo razonable. Hay una cosa, el respeto a las personas que están ahí, que llevan mucho trabajando para hacer cosas que creemos que están bien. No me parecen formas. Lo que nos pidieron era mucho. Habíamos dado una palabra y tuvo que decirse que no, es muy distinto del concepto de disciplina de partido.

-Le llovieron las flores por su decisión.

-No me lo esperaba. Agradezco mucho que hayan dicho esas cosas, pero no estoy acostumbrada a que digan esas cosas de mí. Además, estaba disgustada. Dediqué más tiempo a pensar lo que no iba a poder hacer que lo que iba a hacer. No tardé en tomar la decisión porque no tuve que dudar. Desde el primer momento dije que no lo podía hacer. No tengo 20 años, no es la primera vez en mi vida que me encuentro con una situación en la que se me pide que haga algo que va en contra de mi conciencia. Si no lo he hecho antes no lo voy a hacer ahora. Lo que me llevó más tiempo y es un trago que aún estoy pasando es pensar en las cosas que no voy a poder hacer. Tenía claras cosas que me parecían importantes y que ahora no voy a poder intentar. Hoy por hoy, lo que estoy es disgustada.

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