El Gobierno aprueba un presupuesto de 4.524 millones que multiplica el gasto social y da poco aire a la inversión

Es un presupuesto «realista y social», dijo la consejera de Hacienda, Dolores Carcedo, en la comparecencia posterior al Consejo de Gobierno extraordinario que dio luz verde al proyecto. El calificativo de 'social' no es inocuo. Del montante total de 4.524 millones, 3.081 se destinan a financiar el sostenimiento de los servicios básicos, principalmente la sanidad, la educación y las políticas sociales. Estas partidas experimentan un repunte global de 87 millones de euros.

El mayor gasto social tiene como contrapunto la menor alegría que experimenta el esfuerzo inversor. A este fin se destinan 357 millones de euros. Si se toma como referencia el proyecto presupuestario de 2018 que no llegó a convertirse en realidad, hay una caída de 17 millones. El Ejecutivo esgrime que ese montante nunca llegó a convertirse en una realidad y que sería más ajustado tomar como referencia la inversión real ejecutada este año sumando la prórroga y el crédito extraordinario posterior. En ese caso habría un incremento de algo más de diez millones de euros.

El presupuesto contempla asimismo un endeudamiento de 574 millones, inferior a los 644 millones de este año. Bajan tanto las amortizaciones como los intereses.

«Es un buen presupuesto», anotó finalmente Carcedo, que en referencia al acuerdo con Podemos e IU, inviable en ejercicios anteriores, opinó que esta vez se ha aprovechado el «contexto favorable» al entendimiento de las fuerzas de la izquierda.

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