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Douglas S. Massey.
Douglas Massey, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2025

«Veo riesgos para la democracia por todas partes»

«Estados Unidos solo estuvo tan polarizado como ahora una vez y acabó en la guerra de secesión»

M. F. Antuña

Gijón

Jueves, 16 de octubre 2025, 07:16

Hay ilusión y desencanto a partes iguales en la voz y el rostro de Douglas Massey (Olympia, Washington, 73 años). «Tengo muchas ganas de llegar a Asturias», confiesa vía videollamada desde Nueva York este demógrafo de la Universidad de Princenton que no se cansa de gritar a los cuatro vientos que sobre EE UU se cierne una dictadura y que la emigración es necesaria para hacer América grande. Trump es su mayor dolor de cabeza en estos tiempos confusos. Llega el lunes próximo a Oviedo y sabe que va a estar muy ocupado en sus días asturianos pero está contento y con ganas, entre otras cosas, de charlar con Mario Draghi.

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–Hace unos meses, cuando le dieron el premio, dibujaba una situación de EE UU muy complicada, caminando hacia el totalitarismo. ¿Cómo lo ve ahora?

–Peor. Trump está destruyendo todas las instituciones democráticas de los EE UU, está castigando a todos sus enemigos, atacando los medios públicos, cerrando oficinas, poniendo el ejército en la calle... Nunca se había visto algo así en tiempos de paz. Es una desgracia.

–¿Cómo puede ocurrir esto en un país democrático y adalid de esos valores?

–Tiene que ver con los cambios vinculados a la globalización y está ocurriendo no solo en EE UU, sino en todo el mundo. En Inglaterra la derecha está consiguiendo mucha influencia y creciendo por toda Europa, pero en mi país tiene que ver con la desigualdad económica, con los ingresos y la riqueza, y los cambios demográficos que tienen que ver con la emigración. Aquí cuando estas dos situaciones ocurren al mismo tiempo hay una reacción xenofóbica. Pero lo que está ocurriendo ahora es lo peor que hemos visto y tiene que ver con el racismo que está creciendo enormemente. Después de Barack Obama ha habido una reacción de los blancos. Hay un proceso muy fuerte de racialización de latinos, que están siendo vistos como un grupo racial ajeno, como los negros y esa es una reacción racista. Trump está echando del trabajo a todos los oficiales del gobierno que son negros y latinos, a excepción de Rubio, que es un cubano, y los cubanos siempre son conservadores. Los mexicanos y latinoamericanos están siendo castigados. Estamos en un estado policial.

–Por lo menos no le han dado el Nobel de la Paz.

–Hay un cierto tipo de paz en Gaza, pero es una paz mala, porque los palestinos no tienen medios para subsistir y la franja está completamente destruida.

–¿Qué sensación le provoca verle en Israel y Egipto triunfante?

–El Gobierno israelí es muy derechista y, como EE UU, casi como una dictadura dirigida por Netanyahu. El país está dominado por nacionalistas anti árabes que quieren construir Israel como un reino judío. Es una locura.

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–Vamos a ser positivos. La mitad de la población apoya a Trump pero la otra mitad lucha contra él. ¿Nunca antes había estado tan polarizado?

–Solo una vez antes estuvo tan polarizado como ahora y acabó en la guerra de secesión entre el norte y el sur, que fue un desastre para el país y costó más vidas que ninguna otra guerra. Muchas personas creen que estamos yendo hacia una guerra civil otra vez, yo no lo pienso, pero sí es cierto que estamos muy divididos. De todas formas, está cayendo la popularidad de Trump.

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–¿Hay esperanza entonces?

–Yo tengo esperanza. Hay que ver qué pasa en las elecciones en 2026, si los demócratas pueden tomar el control de las cámaras habrá esperanza.

–Su política económica en algún momento va a pasar factura, dicen los economistas.

–Sí, estamos viendo ya las consecuencias de las políticas de aranceles, que están dañando muchos sectores, como los campesinos, que están sufriendo porque la gran demanda viene de China.

–Usted sostiene que el miedo al otro, esa consideración de la emigración como algo malo, parte de una narrativa falsa. ¿Por qué ha calado tan hondo en todas partes?

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–Cuando hay tiempos inseguros, de desigualdad social y económica e incertidumbre política, los demagogos siempre salen para enfadar a la población. Con los medios de comunicación que tenemos, como Fox News, se produce una amplificación muy fuerte de esos sentimientos. Fox es como la rama de propaganda del partido republicano y hay otros noticieros en web que son aún peores. La base de Trump vive en un mundo falso, no están conectados con la realidad, tienen una visión muy mentirosa. Esta propaganda la hace gente que sabe la verdad pero prefieren que los americanos pobres y de clase media estén enojados con los mexicanos. Es más fácil enfocar la ira del pueblo hacia los inmigrantes de color moreno que hacia blancos que visten de traje en Wall Street.

–No deja de ser contradictorio, porque son descendientes de emigrantes quienes plantean estos mensajes.

–Totalmente contradictorio. La memoria que tienen es sesgada. Creen que el proceso de integración de sus antepasados fue fácil: llegaron, aprendieron el idioma... Pero no fue así, hubo conflictos.

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–¿Cómo rompemos esa narrativa falsa?

–El problema es que los demócratas no tienen una contra-narrativa, no dicen que los EE UU es un país de emigrantes, que benefician a la nación, que trabajan en su favor. Mis abuelos eran de Finlandia, un país muy pobre cuando salieron a principios del siglo XX y trabajaron en las minas de cobre. Mi madre me enseñó que este es un país de oportunidades, por eso me duele ver lo que ocurre y que se haga una pintura falsa sobre su papel en la vida, la economía y la sociedad de EE UU.

–¿Se sabe cuántas deportaciones ilegales se han podido hacer?

–No ofrecen los datos. Es un negocio muy oscuro.

–¿Un negocio?

–Todo el sistema de detención es privado y dos compañías dominan el mercado de la encarcelación y están ganando mucho dinero en la guerra contra los migrantes. Lo que está haciendo Trump es ilegal completamente pero los tribunales de justicia están débiles y el Congreso bajo control de los republicanos no dice nada.

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–¿Cómo estamos en Europa?

–España es un modelo de referencia porque está recibiendo muchos emigrantes de Latinoamérica. Es consciente de su deuda histórica y recibe colombianos, venezolanos, hay muchos refugiados.

–¿Y el resto de Europa?

–Hay de todo. Alemania fue un modelo de referencia antes pero ahora es más conservadora, Francia es un desastre en términos políticos con un gobierno que no es estable, en Gran Bretaña los xenófobos están listos para tomar el poder en las próximas elecciones.

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–¿También aquí hay riesgos para la democracia?

–Veo riesgos para la democracia por todas partes. Es peor en EE UU, pero se ve en México, en Canadá, Gran Bretaña, Alemania, Hungría, Polonia...

–¿Y qué hacemos?

–Soy un académico, no un político.

–¿Cuál es la política correcta?

–Los demócratas aquí tienen que perder el miedo y empezar a cuestionar la narrativa republicana en defensa de los derechos humanos y los derechos civiles y denunciar el gobierno de Trump como una dictadura que está en formación contra la constitución contra los Estados Unidos. El problema es que no veo un líder para afrontar ese desafío.

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–¿Y qué nos recomienda a los europeos?

–Europa es muy diversa en cuanto países, gobiernos y culturas. España es única por su propia configuración autonómica y quizá también por su relación con Latinoamérica acoge mejor.

–Pero igual no somos tan receptivos con los africanos.

–Hay un elemento racista en toda Europa. Incluso en Francia creo que es peor esa discriminación contra los africanos.

–Lance un mensaje positivo, por favor se lo pido.

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–Yo siempre quiero serlo, pero estoy esperando que aparezca un líder para afrontar esta crisis. Soy un viejecito, tengo 73 años, no estoy para tomar las calles.

–¿Cómo están viviendo el acoso hacia las universidades?

–Atacar a quienes producen el conocimiento y la sabiduría es un error. Estamos en una economía posindustrial, las investigaciones científicas son el centro del crecimiento económico y estamos destruyendo esa capacidad científica e intelectual. Las dictaduras no pueden soportar el pensamiento independiente. Lo que hicieron los nazis en los años treinta y lo que hizo Franco en España es lo que está pasando aquí ahora.

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–¿Nos puede ocurrir lo mismo que pasó en la época de los nazis?

–Hay riesgos por todas partes. Trump ha cortado los presupuestos para becas de investigación al sector universitario, que está luchando para sobrevivir, y controla los visados para estudiantes del extranjero. La educación era un sector importante y lo está matando.

–Se va encontrar con Mario Draghi. ¿Le gustaría charlar con él?

–Me encantaría conocer sus ideas para ver cómo podemos evitar un desastre.

–Tiene un libro en ciernes sobre Venezuela. ¿Cómo va?

–Estoy acabándolo. Es un caso interesante el de Venezuela, porque creo que Trump está siguiendo el mismo sendero que siguió Chávez destruyendo su propia economía para provocar el colapso del país. Tienen carreras paralelas completamente. No hay mucha diferencia entre el populismo de izquierdas y de derechas.

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