
Secciones
Servicios
Destacamos
A María Dueñas no le molesta en absoluto el calificativo de superventas. Esa comunión con los lectores que ha acompañado toda su creación literaria ... la hace enormemente feliz. Hoy está en Oviedo para formar parte por vez primera del jurado del Premio Princesa de Asturias de las Letras.
-¿Cómo asume el reto?
-Muy agradecida por esta oportunidad, son unos premios tan significativos, tan emblemáticos, tan serios y tan sólidos, que me siento absolutamente honrada.
-¿Algún territorio al que le gustaría que viajara el galardón?
-No tengo la menor idea, solo puedo decirle que hay una lista de candidatos muy amplia y múltiple.
-En su obra hay mujeres fuertes. Y cada vez hay más escritoras y editoras. ¿Estamos en el buen camino?
-Estamos en muy buen camino pero falta camino por recorrer. El progreso ha sido excelente en los últimos años.
-¿Cómo de importante es que haya mujeres protagonistas fuertes para hacer mujeres fuertes?
-Todo lo que sean referencias, sobre todo para las mujeres más jóvenes, es importante. Saber que el camino está ahí para que lo vayan siguiendo en todo, en posiciones institucionales, en escritoras, en todo tipo de referentes es magnífico. Esa es nuestra gran responsabilidad: dotar a las generaciones más jóvenes de referentes sólidos para que vean que es posible, que no hay ningún tipo de cortapisa.
-Su última novela. 'Por si un día volvemos', se desarrolla en Orán, en Argelia. Tiene una especial de fascinación por el Norte de África.
-Ahí pasaron muchas cosas vinculadas con España, que es la visión que a mí me interesa. Siempre me ha interesado mucho la presencia de españoles en distintos lugares del mundo. Ya hablé en otras novelas sobre ello. En 'Las hijas del capitán' me centré en la comunidad de Nueva York, que fue consistente, con muchísimos asturianos por cierto, y en otras hemos ido viajando a otros lugares. Aquí me interesaba mucho la Argelia francesa porque está muy cerca muy geográficamente cruzando solo el Mediterráneo y hay muchísima presencia española desde el siglo XVI, por allí pasó Cervantes, Lope de Vega escribió una obra situada allí... Cuando dejó de ser propiedad de España, en época de la Argelia francesa llegaron muchos españoles a trabajar, luego el exilio y muchos se fueron afrancesando. Es un capítulo muy interesante.
-¿Pero cómo le asaltan a usted las historias?
-Yo conocía la historia de Orán por mi vínculo por el norte de África, con el sureste a través de Cartagena, sabía de ese movimiento, conozco gente que su familia tuvo allí negocios y siempre pensé que era una sitio muy interesante para una novela pero se me habían cruzado otras por el camino antes hasta que decidí centrarme en esta.
-¿Cómo llega una historia a convertirse en novela?
-Normalmente es por un escenario, por un territorio concreto en el que ha pasado algo en un momento que me interesa, algo sobre lo que tengo un conocimiento pero quiero saber más. Para mí cada novela es un proceso de profundización de algo que me seduce a mí personalmente. Cuando me quedo cautiva de esas coordenadas de tiempo de espacio, de lo que ahí pasó, investigo a fondo y decido compartirlo con los lectores. Y después, un segundo paso es cuando ya aparecen los protagonistas, decido la trama, completo el argumento. Pero siempre es ese mapa: un territorio, en un momento concreto que yo quiero usar.
-¿A dónde planea viajar a continuación?
-No tengo ni idea. Se publicó la novela ahora, a finales de marzo, y la estoy acompañándola.
-¿Necesita un tiempo entre una y otra?
-Lo necesito porque se lo voy dedicando a la promoción y no me puedo separar en una temporada larga de la novela.
-¿Cómo lleva estar catalogada por una novelista superventas?
-Estoy encantada, porque eso significa que los lectores están ahí, con ganas y con ilusión de disfrutar una nueva novela. Lo llevo muy bien. El pequeñito problema es que desde fuera a veces dicen 'súper ventas' con una actitud extraña, pero en la mayoría de las ocasiones es muy favorable y grata.
-¿No le da vértigo saber que tiene a tanta gente esperando cuando se pone delante del ordenador?
-Al revés, te provoca muchísima ilusión. Es un estímulo absoluto para seguir trabajando con ganas, para intentar sacar lo mejor de mí en cada obra y que les lectores disfruten de una novela que les cautive y les aporte algo positivo a su vida.
-¿La literatura está cada vez adaptándose a los jóvenes?
-Hace años se daba por perdidos a los jóvenes y hoy por suerte ya no. Cuando yo empecé a publicar hace 15 o 16 años, pensábamos que estaban a sus juegos y a sus historias y ahora están ahí.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.