Los Pou y Manu Ponce logran la primera escalada en libre a la oeste del «Amahuagaychu», en Perú
Iker Pou y Manu Ponce consiguen la primera repetición y la primera ascensión en libre de la cara oeste del Pico «Amahuagaychu» (5.134 m) en la Cordillera Blanca de Perú
de montaña por asturias
Jueves, 19 de agosto 2021, 10:49
Los hermanos Pou y su compañero murciano Manu Ponce, continúan sacando partido a su paso por la Cordillera Blanca donde hace apenas una semana firmaban 'Leire', su cuarta vía en Perú. Una apertura a la que antes de su vuelta han decidido sumar un desafío más: la segunda repetición de la cara oeste del Pico «Amahuagaychu» de 5.134 m y la primera ascensión en libre de la ruta «Eder Sabino». Una escalada que ha estado nuevamente marcada por los contratiempos de salud constantes a los que se han tenido que enfrentar durante practicamente toda la expedición y que en esta ocasión afectaron directamente al mayor de los Pou.
«El equipo está muy bajo de energía, pero con ganas de finalizar el viaje por todo lo alto intentando escalar algo nuevo. Si este año tuviéramos que destacar algo de nuestra expedición a Perú, sin duda sería las veces que hemos caído enfermos todos los miembros del equipo por diferentes motivos. Como siempre decimos, estas son las cosas que tiene el juego de viajar a sitios lejos de casa, donde simplemente lavarte los dientes con agua del grifo puede hacerte enfermar«, explica Eneko Pou.
Eneko había bajado con fiebre de la última salida e Iker decía no encontrarse ni al 50 % después de las dos semanas con gastroenteritis que le hicieron perder más de 5 kg, Aun así, el equipo barajó posibles destinos en los que probar suerte para estos últimos días. Entre todas estas opciones, por su poca aproximación y su estética el pico «Amahugaychu» les llamaba especialmente la atención.
«Esta montaña ya la habíamos explorado en 2017 junto a Pedro Galán, pero por falta de tiempo nunca fuimos a escalarla. En Huaraz empezamos a informarnos sobre la misteriosa pared que parecía que nadie había subido nunca. Gracias a la información que nos proporcionó Pocho de la agencia Monttrek supimos bien cómo acercarnos lo máximo posible y eso nos hizo decidirnos a intentarla, aunque solo nos quedaran 4 días para volar a casa», afirma Ponce satisfecho con el trabajo conseguido.
«Eneko despertó aún con fiebre y con voz de ultratumba nos dijo que fueramos sin él porque no se veía con fuerzas para acompañarnos, así que Iker, Manu y nuestro fotógrafo peruano Alexander Estrada, cogimos el taxi que nos llevaría a la entrada de la Quebrada Quilloc. Tras 2 horas de aproximación llegamos al campamento base a 4.500 m. Como aún nos quedaba tiempo, decidimos subir hasta la pared y empezar a escalar los primeros metros y así tener una idea más clara de a lo que nos enfrentaríamos al día siguiente», comenta el pequeño de los Pou.
Pero como en muchas otras ocasiones la información disponible no les permitaí saber a lo que realmente se enfrentaban, ni la altura de la pared, ni la dificultad y calidad de roca que se encontrarían: «Sabíamos de la posibilidad de algún intento anterior, pero no de la existencia de ninguna ruta».
«Al día siguiente amanecimos muy temprano para tener tiempo suficiente para poder llegar a cumbre. A las 10 de la mañana ya estábamos en la pared en el mismo sitio donde lo habíamos dejado el día anterior, pero esta vez con mucho más frío, en sombra y con muchos metros aún por recorrer. Según íbamos ascendiendo nos fuimos encontrando restos y cuerdas abandonadas de algún intento anterior. Tras escalar más de la mitad de la pared, nos dimos cuenta que seguramente estábamos repitiendo una vía ya existente», asegura Iker.
10 horas de actividad ininterrumbida
Después de 10 horas de actividad ininterrumpida coronaban la cima del Pico «Amahugaychu» de 5.134m. Consiguiendo la segunda ascensión de la cara Oeste y la primera repetición en libre de la ruta «Eder Sabino Chachca Don Bosco» 500 m. VII/A2 abierta en 2004 por un equipo italiano-peruano formado por Mauro Florit, Massimo Sacchi y Marco Sterni, a quienes les costó 10 días de trabajo con cuerdas fijas completar la ruta que bautizaron con el nombre de un joven guía amigo fallecido esos días en una montaña de la misma cordillera. La ruta fue escalada en libre y a vista (al primer intento).
«Nos esforzamos al máximo para lograr 500 m de escalada de alto compromiso y dificultad técnica. Con largos en torno al 7º grado. Y ahí no acabó todo, ya que para el descenso tuvimos que concentrarnos al máximo para destrepar unos 300 metros con pasos de hasta 4º grado», cuenta Manu.
«Ya en Huaraz, gracias a nuestros amigos de la Fundación Don Bosco, nos enteramos que la vía que habíamos hecho era obra de la cordada italiano-peruana. Es un lujo haber conseguido realizar en 11 horas una actividad que en su momento supuso 11 días de trabajo, y hacerlo en escalada libre, el mejor de los estilos. Gracias a todo el equipo de la fundación Don Bosco por todo el trabajo social realizado en Perú y por esta ruta tan chula.», agradece Iker muy contento con esta nueva escalada conseguida en la Cordillera Blanca y en la quebrada de Quilloc.