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«Deseábamos que todos estuvieran aquí»
Los centros de Secundaria celebran el inicio de un curso que recupera la presencialidad para los 40.003 alumnos
«Deseábamos que todos estuvieran aquí». Y el deseo se ha cumplido. La alegría de Raquel Álvarez, directora del IES Rosario Acuña de Gijón es ... la de todos los equipos directivos de los institutos asturianos y de las familias de los 42.003 estudiantes que hoy inician el curso en ESO y Bachillerato. Un curso que, por fin, vuelve a ser presencial para todos.
Hay nervios, no lo oculta Álvarez ni nadie. Porque el hecho de que todos vuelvan supone también poner a prueba las medidas de prevención de este curso, con la principal novedad de las ratios (las mismas que antes de la pandemia) y la distancia de seguridad de 1,2 metros. Haber pasado de 1,5 a 1,2 ha permitido a muchos, como en el caso del Rosario Acuña, «encajar a todos los alumnos». Y no solo eso, sino recuperar espacios tan importantes como las aulas de música y plástica e incluso las bibliotecas, que el curso pasado tuvieron que ser habilitadas como clases.
La consejera de Educación, Lydia Espina, aseguró ayer que ningún centro tiene problemas de espacio. Que todos han podido organizarse cumpliendo la distancia de seguridad, aunque los sindicatos aún en la tarde de ayer lo ponían en duda. Estos primeros días serán clave para saber cómo funciona la vuelta a la presencialidad.
Sea como fuere, docentes y familias saben que nada como la presencialidad para atender a los alumnos. Raquel Álvarez lo admitía esta mañana: «Compensar las desigualdades y atender al alumnado que más lo necesita solo se puede hacer si están en el centro». Y a partir de hoy, lo estarán.
Cuentan, además, los centros de Secundaria con una ventaja: la vacunación. El profesorado ya recibió las dos dosis y algo más del 70% de los jóvenes de entre 12 y 19 años ha recibido también la pauta completa.
Pero a muchos de los que hoy se incorporan a clase lo que menos les preocupa es la distancia y la mascarilla. Son los alumnos de primero de ESO, los que viven el gran cambio del colegio al instituto. En el Rosario Acuña son 104, y esta mañana han sido recibidos por todo lo alto en el instituto, por todos sus profesores, que habían organizado una gynkana para que conozcan los espacios que a partir de hoy serán su nueva casa. «Queremos que se sientan cómodos, queridos y acogidos», ha dicho la directora.
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