«Buenos días, santo médico»: el buen humor del Papa Francisco en el hospital

Miguel Rojo

Gijón

Lunes, 24 de febrero 2025, 11:24

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Con una Santina de Covadonga «para que esté lo más cerca que pueda de él» y todas las oraciones «que desde la iglesia de San Antón hacemos con las más de 400 personas que desayunan con nosotros», el padre Ángel, el sacerdote mierense que fundó Mensajeros de la Paz, ha viajado a Roma «para llevarle, como él dice, buena onda al Papa Francisco». Junto a otro sacerdote jordano «muy cercano también a Francisco», se encuentra ya en El Vaticano porque «cuando alguien está mal es de agradecer que quien te quiere esté cerca de ti». Conoce de la salud del papa «a través de los partes oficiales que recibimos todos», aunque también mantiene línea directa con persona que están cerca del Pontífice. «Me dicen que se levanta de vez en cuando al sillón, y que departe con sus colaboradores, pues sigue al timón de la Iglesia, así que aunque hay mucho agorero que piensa que se nos va, yo creo que con un poco de suerte y sus ganas de vivir, podrá recuperarse de esta enfermedad que, no podemos negarlo, le mantiene en una situación grave», nos explicaba el religioso desde Roma a través de una videollamada. En su opinión, el hecho de que «mantenga su buen humor» es también buena señal. «Me dicen que cuando entró el médico por la mañana le dijo: 'Buenos días, Santo Padre' y él le contestó 'Buenos días, santo médico'», explica el padre Ángel entre risas.

Mantiene el Padre Ángel, que conoce bien a Francisco, que «ha sido un Papa muy valiente poniéndose al mando de la Iglesia, y ha sido más valiente aún al mantenerse al timón cuando empezaron a fallarle las fuertas, estoy seguro que lo mantendrá hasta el final». Y no solo eso. «El es un hombre muy fuerte, y cuando los mayores tenemos verdaderas ganas de vivir, acabamos hasta con los médicos». Lo resume en una frase. «Este Papa no es de los que tiran la toalla». Aún así, el Padre Ángel pide a todo el mundo «que recen por él, porque lo necesita». Él lo hará hoy «ante la Madonna a quien él reza cuando se va de viaje o cuando llega, la de Santa María la Mayor, de quien es muy devoto», nos contaba. Y aunque estará cerca de él, no acudirá al hospital. «A todos los que le queremos nos gustaría estar en esa habitación dándole nuestro cariño, pero hay que saber también cuándo molestas, y no le queremos molestar», explicaba el sacerdote asturiano, con su carismática bufanda roja al cuello. «Gracias a los medios que informáis a diario de su estado de salud desde el respeto y la verdad», concluyó antes de despedirse.