«Frente a la renuncia a la vida en Occidente aparece la batalla demográfica musulmana»
El Arzobispo de Oviedo defendió la cultura cristiana «ante la hostilidad censuradora» en el Foro Jovellanos
El Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, impartía ayer en Gijón la conferencia 'La cultura cristina ante el olvido perezoso y la hostilidad censuradora' invitado por el Foro Jovellanos en un acto celebrado en el salón de actos de la casa rectoral de San Pedro.
Fue presentado por el presidente de la entidad, Ignacio García-Arango, desde la evocación a Jovellanos y los valores morales que encarnaba el ilustrado «no siempre comprendido» y por el párroco de San Pedro, Javier Gómez Cuesta, como «un buen médico de las almas que sabe mirar al fondo de ojo de la sociedad y tratar de aplicar la terapia conveniente aunque algunos se quejan de que a veces lo hace con poca anestesia».
El conferenciante hizo honores a los elogios de sus presentadores y realizó su exposición con la claridad en las palabras habitual en sus manifestaciones públicas. «No se entiende Europa sin el cristianismo», comenzó proclamando para citar la exhortación que Juan Pablo II hizo en su día sobre la necesidad de una «nueva evangelización» en el viejo continente ante una «indiferencia religiosa generalizada».
El prelado enumeró los retos a los que se enfrenta la cultura cristiana. El primero, la batalla demográfica y la expansión islámica. «Hablemos de los moritos, no faltaba más», ironizó para apuntar que «frente a la renuncia práctica a la vida en nuestro Occidente, aparece la batalla demográfica desde el mundo musulmán, con sus conocidas estrategias de invasión cultural como una modalidad novedosa de conquistar el mundo de Occidente, al que sigue viendo como un enemigo y como un rival al que trata de reducir, conquistar y hacer que poco a poco desaparezca del horizonte. 'Os conquistaremos con los vientres de nuestras mujeres'. Es un eslogan que repiten por doquier. Aparentemente inocuo y sutilmente respetuoso, sin que falte la ofensiva cruenta y terrorista». Otro reto sería la secularización de la sociedad y ante la pérdida de la fe «quedan los dioses falsos: el dinero, el poder y el sexo. No sé si les suena en algunos relatos de corrupción contemporánea».
Sanz Montes denunció también la «destrucción de la familia» y «que se llame matrimonio a lo que no puede ser, o se facilite su ruptura con las prisas de un express o no se respete la vida del no nacido de la manera más cruel» y la «ideología de género» sobre la que afirmó: «Está en el meollo de tantas leyes que quieren cercenar el proyecto inscrito en nuestra naturaleza» y, que «se trata de un instrumento potente para la transformación de la entera sociedad en una clave manifiestamente anticristiana».
Frente a esas amenazas –«Es un panorama que da pavor»–, propuso «una alternativa positiva» desde la cultura cristiana.