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Restaurante la calle Deltebre en el que ocurrieron los hechos.
Un ladrón olvida su DNI en el restaurante de Reinosa al que había entrado a robar

Un ladrón olvida su DNI en el restaurante de Reinosa al que había entrado a robar

Su atropellado asalto merece figurar en el ranking de los robos más surrealistas de los últimos tiempos en Cantabria

EL COMERCIO

Gijón

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Viernes, 13 de julio 2018, 12:13

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Un joven de Reinosa de 21 años, sin antecedentes y con evidente torpeza, ha sido detenido por un robo con fuerza en grado de tentativa en un bar de Reinosa. Cogió la caja registradora, destrozó toda la cristalería que tenía por delante al arrancarla de la pared, rompió una ventana para salir de allí y, después de todo, se fue llevándose un puñado de monedas y dejándose el DNI en la escena del 'crimen'. Bien a la vista en la misma ventana por la que se marchó.

Este alocado asalto tuvo lugar en la madrugada del 7 de julio en el Restaurante Montañés de la calle Deltebre. La Guardia Civil pudo comprobar que una de las ventanas estaba forzada, que la máquina registradora estaba tirada en la calle con «signos» de haber sido manipulada, que había una veintena de copas rotas, daños en la propia ventana, en la caja... Pero la pista fundamental estaba en esa ventana, donde los guardias encontraron el DNI de un varón residente en el municipio reinosano. Más tarde se supo que el dueño del documento había vuelto a la zona. Se le vio merodeando «por las inmediaciones del local, posiblemente buscando el citado documento identificativo», razona la Guardia Civil. Ese «vestigio» -el DNI-, sumado al regreso de su dueño al lugar de los hechos y «otras pruebas» encontradas el día del suceso llevaron a la detención, ayer miércoles, del presunto autor del robo en grado de tentativa.

Los dueños del Restaurante Montañés lamentan «los destrozos» que este individuo les causó en el local, más que el dinero presuntamente sustraído, «solo faltaron los cambios que había en la caja, porque la recaudación la quitamos por la noche» y aseguran que el titular del DNI encontrado en la escena del robo «es el mismo que nos entró el año pasado». Dicen que es «un joven muy conocido, porque en Reinosa nos conocemos todos» y piensan que debe de tener algún tipo de «fijación» con su restaurante, a la vista de las dos veces que han tenido que sufrir sus atropellados saqueos.

Otros robos surrealistas

El despiste de este 'ladrón' encumbra este suceso a la cima del ranking de los robos más surrealistas de los últimos tiempos en Cantabria. Otro caso que merece figurar en esta lista es el del delincuente que se quedó sin gasolina y al ser ayudado por una patrulla se descubrió el 'pastel': iba drogado, sin seguro y con el botín de un robo en el maletero. Y otro más, el famoso 'ladrón de trasteros' de Torrelavega, que en uno de sus últimos golpes -supera el medio centenar- se tiró al río para escapar y tuvo que se ser rescatado por la Policía al borde de la hipotermia.

Interesante también fue la resolución de unos robos de aves exóticas en Cantabria. Se pudo atestiguar de quién eran los guacamayos gracias a que una de los aves dijo al ver a su dueño: 'Un besín, papi' y le lanzó un beso. Y dos ejemplos más de mucho estropicio y poco botín: un concesionario de Maliaño fue destrozado, con agujero en el techo y butrón, para acabar llevándose las monedas de la cafetera; y otro ladrón multirreincidente se ensañó de manera desmedida en Laredo con los coches que forzaba para llevarse lo que tuvieran dentro. Para robos absurdos, el de las sesenta trampas de avispa asiática que había colocado el Ayuntamiento de Castro Urdiales por el municipio, unos recipientes que no valen para nada porque al mes caduca la sustancia que contienen. Y la lista tiene que finalizar con el hilaranye episodio vivido en San Vicente de la Barquera, de un robo que en realidad no era: el rodaje de un atraco para la película 'Ocho apellidos barquereños' movilizó a numerosos efectivos policiales, alertados por viandantes realmente asustados al ver a los actores con una media en la cabeza y pistolas de juguete gritando «¡esto es un atraco, compañerines!».

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