Oricios a paladas en el Campo Valdés

Andaba en Gijón, hace estos días medio siglo, el mercado totalmente equilibrado en lo que a compra venta de oricios se refería. Abundaban los equinodermos, y el montante de compradores no iba a la zaga. «Excelentes mareas de oricios se producen estos días», decíamos en quinta plana, «y, naturalmente, hay abundantes compradores de la mercancía que, como se ve, se ofrece en grandes cantidades, desde camiones que los traen de distintos puntos de nuestra costa». Asturianos al 100%, los oricios eran producto de disputa cada mañana en las zonas de venta, sobre todo en el Campo Valdés, «con presencia masiva de gentes que acuden a adquirir el producto de la mar a precio muy asequible». Se asemejaba entonces la zona frente a San Pedro a «una especie de lonja al aire libre, en donde vendedores y compradores se ponen rápidamente de acuerdo, sin mayores debates ni discusiones». Imposible promover bronca ante cosa tan deliciosa. Y nosotros lo contamos, con foto incluida de la multitud agolpada frente a un camión cargado de mercancía. Así eran las escenas del viejo Gijón.