Borrar
Urgente Herida una mujer en una colisión contra una furgoneta en la A-66 en Mieres
El tráfico en los alrededores del mercado de San Agustín.
1973. Hace 50 años

San Agustín, un caos vial

El doble sentido y elevado número de coches estacionados alrededor del mercado obligaba a repensar el orden circulatorio

Martes, 19 de septiembre 2023, 02:47

Comenta

Hace medio siglo ya existía el debate de si cerrar algunas calles al tráfico rodado. Fue una polémica pareja al aumento de automóviles por las vías gijonesas, diseñadas, al menos en el centro urbano, en tiempos en los que no éramos esclavos del coche (o no lo éramos tanto). En 1973, los próceres andaban a ese respecto con la mirada puesta en las inmediaciones del mercado de San Agustín, donde aparcar era un sindiós. Y aún más: no solo estacionar el vehículo, sino también transitar o, incluso, acometer la odisea de cruzar la calle. Si no cerrar aquellas vías, EL COMERCIO defendía que, al menos, se trabajase por guardar en ellas un orden «que hoy falta».

Resultaba que en la calle de San Agustín, según decíamos, «podemos observar que hay doble dirección y está permitido aparcar en uno de sus lados. Como es estrecha, se dan los naturales casos de atasco y embotellamiento. Otro tanto sucede con la prolongación de Jacobo Olañeta -calle del Maestro Joaquín Fernández-, en donde está permitido el aparcamiento a ambos lados, así como en el tramo de muralla entre Teniente Fournier y Plaza de Alvargonzález Lanquine, tramo que admite circulación en dos direcciones».

Todo ello combinado, claro, con el público que por entonces aún masivamente entraba y salía del mercado; los vehículos de carga y descarga que tenían parada obligada en la zona, y, en verano, la cercanía a los puntos más álgidos de la playa de San Lorenzo.

Un cambio urgente

En definitiva, habría que pensar -pero ¿cuándo y cómo?- en «la posibilidad de mejorar el encauzamiento del tráfico; darle una fluidez que no tiene y evitar que, debido, precisamente, a las citadas peculiaridades, se siga manifestando el tremendo desorden actual».

Era fácil de decir, pero algo más difícil de ejecutar. El repensamiento de la circulación vial alrededor de San Agustín fue un auténtico quebradero de cabeza: había que dejar las calles abiertas al tráfico rodado, cómo si no, «pero regulándolo de modo y manera que, sobre la limitadísima anchura de ellas, no se produzcan situaciones de agobio y desesperación». Complicado lo fiaban.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio San Agustín, un caos vial

San Agustín, un caos vial