El Sporting se impone
El triunfo de los rojiblancos en la apertura de la liga de balonmano fue rotundo: un 15-11 frente al Don Bosco
No pudo haber mejor manera de empezar. Hace hoy 50 años, la portada de la separata de deportes de EL COMERCIO estuvo dedicada al Sporting de balonmano, que se había impuesto, en la primera jornada de la Liga de Primera División, por 15-11 al Don Bosco donostiarra. Lo había hecho, además, superponiéndose a un mal arbitraje, en opinión de nuestra crónica. Arranz, de Valladolid, y Lozano, de León, los árbitros, habían resultado demasiado contemporizadores, «cuando debieron haber excluido por dos minutos, por lo menos, al 'bigotes' del Don Bosco que se encargó de repartir madera a diestro y siniestro sobre quien fuese, en especial sobre el pivote Vara (...) Su arbitraje no convenció ni a tirios ni a troyanos».
Otra cosa mala: los equipos, recién arrancada la liga, no acababan de encontrarse en forma, ni habían definido aún el juego. «El domingo en el Pabellón venció el equipo que mejor supo dosificar el esfuerzo, y ese fue el Sporting, s bien algunos de sus hombres, como Vara, Piñera y el mismo Federico acusaban cansancio cuando el marcador señalaba un intranquilo 12-9 con seis minutos de partido por delante». La cosa se había enderezado con un gol de 'Varita', «el pivote que necesitaba el Sporting». Los gijoneses (Menchaca y Jorge; Joaquín, Marco, Rubio, Vara, Giraldo, Federico, Piñera, De Diego, Manolo y Gerardo) llegaron al descanso con un 9-7 y la sensación de victoria que finalmente se materializaría contra un Don Bosco débil, «ni con mucho el equipo que vimos el año pasado en esta misma cancha».
Los que más brillaron, contra todo pronóstico, fueron Vara y Piñera, dos juveniles «que cumplieron en este su debut en Primera División, si bien acusaron bisoñez, notaron el cambio de categoría, como es lógico ». ¿Lo peor? El segundo tiempo. «Si bien en algún momento los guipuzcoanos inquietaron a los gijoneses, fue solo por espacio de tres minutos y un balón que tras pegar en los dos postes se paseó por la raya de la portería gijonesa sin decidirse a entrar». Cuando el Don Bosco se apagó, al minuto 24 de la segunda, murió también el partido. Pero ganamos.
