Uso y abuso del 'confetti' en nuestras calles

Ya se había advertido en nuestras páginas a principios de año e insistíamos: la costumbre de la muchachada de arrojar 'confetti' al paso de las damas por las calles de Gijón era una más a erradicar, y un abuso, sobremanera porque a veces este iba acompañado de «inmundicias». Uno de aquellos días quedó la calle Corrida, al parecer, «alfombrada de una capa de 'confetti' que tendría, sin exagerar, más de cinco centímetros de espesor», y tuvo que ser regada a manguerazos para limpiarla. Hasta en las calles más apartadas del centro se veían papelitos por la acera y, frustrados ya de intentar conseguir resultados, pretendimos desde EL COMERCIO concienciar a las autoridades de que, al menos, lo recogieran presto, para evitar que los chavales lo cogieran del suelo para volver a tirarlo. Los vendedores eran los únicos que salían ganando. «El domingo último se vendían a diez céntimos los paquetes perfumados, ignoramos con qué, y hemos visto letreros en que se ofrece el 'confetti' a lo que quieran dar». Sí, una moda curiosa, desde luego, pero también -y lo decían así en el XIX- una forma de acosar.