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María Jesús Moreno cruzando a pie el puente del turia
El recorrido a pie de 22 kilómetros de una profesora gijonesa por la 'zona cero': «Cuesta procesar todo lo que se ve allí; es sobrecogedor»

El recorrido a pie de 22 kilómetros de una profesora gijonesa por la 'zona cero': «Cuesta procesar todo lo que se ve allí; es sobrecogedor»

La DANA pilló a la profesora gijonesa María Jesús Moreno en Valencia visitando a su hijo, nuera ydos nietos

Miércoles, 6 de noviembre 2024, 15:23

a DANA pilló a María Jesús Moreno en Valencia, visitando a la familia. Esta profesora gijonesa tiene allí a su hijo, su nuera -ambos médicos en el Hospital Peset- y a sus dos nietos. Justo cuando tenía previsto su regreso, llegó el aviso de protección civil desaconsejando salir de casa y coger el coche. Ahora, trata de asimilar todo el desastre del que ha sido testigo.

Su entorno más cercano no se ha visto directamente afectado por la crudeza de las inundaciones. Pero ella arrimó el hombro desde el primer día para tratar de aliviar la desesperación de quienes lo han perdido prácticamente todo. «Fuimos de voluntarios al Museo de las Ciencias y allí me encargaron labores de avituallamiento», cuenta María Jesús, más conocida como Chusa. No conforme con ese primer gesto solidario, en los días siguientes decidió ofrecer su ayuda in situ, donde el barro colapsa las calles y el ánimo de los vecinos.

Ayer, a las ocho de la mañana, salía de Valencia a pie, provista de guantes, mascarilla y unas botas de agua que logró encontrar en una tienda de barrio. Cruzó el puente del Turia, desde el que ahora se ve una escombrera de coches aplastados, basura y restos orgánicos -«el olor es insoportable», comenta-, y fue recorriendo los pueblos de La Torre, Benetúser, Massanassa y Catarroja preguntando «¿en qué puedo ayudar?». Y allí donde la necesitaron, estuvo.

«En la Torre, achiqué el agua de una panadería. En Benetúser, estuve sacando barro de una zona de adosados. En Matassanassa, ayudé a una señora a limpiar y despejar su casa; estaba viviendo en la parte de arriba de la vivienda y la pobre me decía que me quedara. Y en Catarroja, me dediqué a quitar el barro de las calles. La verdad es que ahí ya no podía más, me dolían los hombros...», resume este periplo de doce horas a destajo y unos 22 kilómetros a pie. Lo hace con cierto pudor, porque María Jesús entiende que «no es ningún mérito» ayudar en estas circunstancias. «Esto es sólo un grano de arena», señala.

Pero granos de arena como ese hacen montaña en la zona devastada por la DANA, que ha dejado una riada de daños materiales, más de doscientos muertos y 89 personas desaparecidas. «Con palada que demos cada uno...», considera María Jesús Moreno. Paladas que los vecinos afectados agradecen con aplausos, según destaca esta gijonesa, que pronto regresará a Asturias.

Antes, volverá a la 'zona cero'. Confiesa que «cuesta procesar todo lo que se ve aquí; es sobrecogedor». Pero «la gente está sobrepasada y no da abasto», por tanto, «hay que ayudar todo lo que se pueda».

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