La emergencia sanitaria del coronavirus es que el sistema no colapse por falta de recursos

En España no hemos llegado a esa situación. Pero en Madrid, donde se concentran la mitad de los infectados, los hospitales están desbordados respecto a su funcionamiento habitual y ya han empezado a suspender consultas, pruebas y operaciones programadas; se están estirando todo lo posible los medios disponibles, se agilizan todas las altas posibles y se vacían salas enteras para destinarlas exclusivamente a los pacientes de coronavirus.

Los médicos advierten que la situación es lo suficientemente grave como para que toda la población colabore en la contención del contagio –aislándose cuando se tienen síntomas y evitando situaciones de riesgo como las aglomeraciones– porque este coronavirus es peor que la gripe y ya hay bastantes pacientes intubados y en la UCI. La emergencia sanitaria es quedarse sin recursos y que los médicos tengan que elegir a quién atender. Según los datos del Ministerio de Sanidad, el 26% de los pacientes hospitalizados con COVID-19 requiere ingreso en la UCI; de ellos, un 47% requerirá ventilación mecánica y el 11% necesitarán soporte con ECMO. Porque como explica un médico, al contrario de lo que se dijo al principio, parece que el virus tiene mayor mortalidad que la gripe, y, a diferencia de esta, bastantes hospitalizados están necesitando soporte respiratorio e ingreso en camas de UVI.

Ratio de crecimiento

Lo importante es el ratio de crecimiento de una epidemia. Si el pico es muy alto, no habrá capacidad para asumirlo. Según los cálculos estadísticos que manejan algunos facultativos, en Madrid el ratio es tan alto que, de no frenarse, el 26 de marzo habría 125.000 infectados (ahora son casi 800), 18.000 hospitalizados y 6.000 en cuidados intensivos. Si se lograra reducir el contagio a una ratio de 1,05, solo habrá 7.700 enfermos, 1.150 hospitalizados y 385 en cuidados intensivos, algo que sí se podría asumir. En las manos de todos está intentar evitar el contagio.

Los médicos, el personal sanitario, está dando la batalla en primera línea contra el coronavirus. Son los que se exponen al mayor nivel de riesgo pero sin los medios de protección adecuados, según denuncia Encarna Abascal, responsable de prevención de CSIF. Los sindicatos critican que la Administración siempre ha ido un paso por detrás y le ha faltado previsión como muestra el desabastecimiento de equipos de protección integral o mascarillas. Ayer, en el hospital Gregorio Marañón no quedaban ya mascarillas. Aunque después de ocho horas el filtro protector de estas ya no sirve, los médicos y el personal sanitario usan la misma mascarilla todo el día porque no hay más e incluso la han guardado por si hoy no llegan suministros.

Este es el relato desde dentro de un gran hospital, contado por los propios médicos: «Estamos desbordados: hay muchísimos pacientes y no paran de venir. Hemos adelantado el alta a todos los que pueden marcharse a casa de otras plantas para poder acondicionar las salas para los enfermos de coronavirus. No hay equipos de protección para todos los médicos que estamos atendiendo a los contagiados y aunque cada equipo de protección es de un solo uso los estamos reutilizando porque no hay suficientes».

También los médicos caen contagiados, aunque no existe transparencia por parte de la administración ni de los centros hospitalarios de cuántos han enfermado. Así que los que quedan tienen que doblar turnos para cubrir los huecos. «Los médicos y el personal sanitario van a dar el do de pecho», dice Castro, «pero ha habido absoluta improvisación por parte de las autoridades».