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Las primeras ambulancias y helicópteros, en la zona habilitada en el aparcamiento de Astún, vistos desde el apartamento de José María J. M. R.

Un testigo relata a EL COMERCIO el accidente en Huesca: «Quince minutos antes mi hija y yo estábamos en esa silla»

José María, habitual de la estación de Astún, destaca a este diario que la poca afluencia de esquiadores evitó que la telesilla estuviese al 100% y que «hubiese sido peor»

Octavio Villa

Gijón

Sábado, 18 de enero 2025

José María es un habitual usuario de la estación de Astún, a donde acude desde Logroño habitualmente, como propietario de uno de los apartamentos a pie de pista que tiene la estación. Esta mañana se encontraba con su hija y una amiga de ésta disfrutando de las pistas que tan bien conoce cuando se desató la tragedia. «Quince minutos antes estábamos precisamente subidos en esa silla, en la misma que tuvo el accidente».

Cuenta José María que al principio ''parecía la típica 'pijada', una parada de las muchas que tienen los remontes, por ejemplo, cada vez que hay que pararlos porque alguien tenga dificultades al subirse o bajarse«, así que los esquiadores que no estaban »justo en la zona donde se cayeron las víctimas« no se preocuparon mucho.

La silla afectada se encuentra en la zona alta de la estación y es especialmente popular porque, por una parte, sube hasta un mirador natural «desde el que hay unas vistas espectaculares de los Pirineos. Tú y yo nos hemos hecho muchas veces fotos allí». Además, las pistas a las que da acceso son especialmente apropiadas para conectar con otros remontes en una estación de tamaño medio a pequeño dentro de lo que son las de los Pirineos.

«Hoy, dentro del desastre que ha sido, hay la relativa buena suerte de que no había demasiada gente esquiando. La estación tiene nieve por toda ella, pero con escaso espesor y no demasiada buena calidad, como de fin de temporada», explica José María, que añade que «por eso, la silla no tendría más del 50 o el 60% de la gente que puede servir subida. De hecho, hemos estado subiendo en ella sin hacer cola durante toda la mañana».

Por supuesto, en cuanto supieron el alcance de lo ocurrido, José María, su hija y su amiga se dirigieron «al apartamento, para despejar la estación y no molestar mientras se está rescatando a los heridos y las muchas personas que han quedado colgadas en la silla». Explica este esquiador riojano de origen vasco que «la sensación que estamos teniendo es de que los servicios de rescate están muy bien coordinados. Hay helicópteros de Aragón y de Navarra. El GREIM de la Guardia Civil está actuando con mucha diligencia, hay también ya militares (el Ejército tiene una unidad de Montaña en la cercanísima estación de Candanchú). En el aparcamiento, que han vaciado, se ha montado un helipuerto y una zona para ambulancias. He contado unas doce apenas llegué a la zona baja. Y junto a la base del telesilla se ha montado un hospital de campaña».

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''Lo que es la gente''

Pero no todo es buena coordinación. José María ha podido comprobar «la escasa sensibilidad de mucha gente. Se ha formado una pelotera personas donde la oficina de venta de forfaits, para pedir que les devuelvan el dinero, porque la estación se ha cerrado para facilitar el rescate. Lo que es la gente, creo que no es el momento de hacer eso. Ya habrá tiempo».Del mismo modo, José María siente «indignación al ver que mientras en el parking se está atendiendo a los heridos, alguno durante mucho rato y con mala pinta, al lado, en una terraza de un bar hay gente que sigue tranquilamente tomando sus consumiciones, como si no fuera con ellos. Creo que por dignidad deberían marcharse».

A las dos y media de la tarde, el presidente de Aragón, Jorge Antonio Azcón «acaba de llegar, le estoy viendo desde el apartamento». De momento, lo único positivo «es que se ve que se están haciendo las cosas de forma muy coordinada y que a estas horas ya no queda nadie en la silla».

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