Abogadas al Rescate

Cinco razones por las que destinar tu piso vacío al alquiler de vivienda

Es probable que si tienes un piso vacío tengas dudas y pienses que alquilarlo como vivienda habitual a un inquilino puede ocasionarte problemas de impagos, de ocupación sin abono de la renta, de daños que la dejen inservible cuando por fin puedas recuperarla... Estos miedos están más que justificados porque casos así existen y porque las normas protectoras de la vivienda surgidas de la pandemia y extendidas en el tiempo hasta ahora han hecho que los desahucios resulten más difíciles de llevar a cabo. Ahora bien, también se pueden ver las cosas desde otro punto de vista bien distinto: desde el de la oportunidad.

La situación actual del mercado inmobiliario, los últimos cambios normativos y los que nos esperan han hecho que otras opciones como las de los pisos turísticos o las del alquiler de temporada dejen de ser tan interesantes, por no decir imposibles en determinados casos. La intención es clara: se busca que cada vez más inmuebles vacíos se destinen al alquiler de la vivienda habitual. Si tú estás en esta situación, si eres un propietario con un piso vacío y te estás planteando qué hacer, hoy en día, optar por este tipo de alquiler tiene muchas ventajas. Tan sólo se trata de hacer las cosas bien. Estas son las cinco razones principales en las que basamos nuestro consejo:

Actualmente en el mercado inmobiliario hay mucha más demanda que oferta de inmuebles en alquiler, es decir, hay muchas más personas buscando vivienda que viviendas en alquiler. Esto hace que, como propietario, puedas elegir un buen inquilino, un inquilino solvente. Se trata de comprobar si con sus ingresos y su situación personal y familiar es capaz de hacer frente holgadamente a los pagos a los que se está obligando con el contrato. Esto se puede comprobar fácilmente con su contrato de trabajo, nóminas, declaraciones fiscales...

El desequilibrio entre la oferta y la demanda hace que los precios de los alquileres suban. Por este motivo, si tienes un piso vacío ahora es el momento de ponerlo en alquiler porque vas a comenzar a obtener rentabilidad por el mismo. Mientras lo tengas vacío te va a estar generando gastos: IBI, comunidad, suministros... Si lo alquilas esta situación se invierte. Si eliges a un buen inquilino tendrás ingresos mensuales recurrentes donde antes tan sólo tenías gastos.

La primera recomendación es que siempre, siempre, el contrato se realice por escrito, aunque estemos alquilando a un familiar o a un amigo. Las cosas por escrito son mucho más fáciles de acreditar y evitan muchos problemas posteriores. Si tenemos alguna duda es recomendable revisarlo con un abogado experto antes de firmar por la misma razón por la que es esencial hacer un contrato por escrito: si lo dejamos bien redactado y completo desde el inicio evitaremos muchos problemas posteriores.

Los contratos de arrendamiento de vivienda se encuentran regulados prácticamente de una forma íntegra en la ley por lo que ambas partes se encuentran protegidas por la misma. Aún así, hay muchos aspectos que se pueden acordar como, por ejemplo, importe y momento de pago de la renta, quién se encarga del pago de la cuota mensual de comunidad o anual del IBI, si se permite o no determinadas actuaciones u obras, la tenencia de animales domésticos, la existencia o no de garantías adicionales o la obligación de tener contratados seguros. Es importante también hacer mención especial al pago de los suministros.

Si la vivienda se alquila parcial o totalmente amueblada es fundamental acompañar al contrato de un inventario, firmado por ambas partes, con los muebles detallados e incluso con fotografías en color que acrediten su existencia y estado.

En el contrato de alquiler de vivienda habitual debe figurar, por ley, la entrega de una mensualidad como fianza. Pero, además de la fianza, la ley permite que el arrendador exija la entrega de otras dos mensualidades de renta como garantía adicional que servirá para hacer frente a posibles impagos de las obligaciones del arrendatario. Además existe la posibilidad de solicitar que aparezca en el contrato la figura de un avalista o fiador solidario, que asumirá el pago de las cantidades adeudadas por el arrendatario llegado el caso.

No debes ver lo seguros como un gasto sino como una inversión en tu protección. En este tipo de operaciones de alquiler de vivienda habitual, consideramos recomendable que arrendador y arrendatario cuenten con un seguro de hogar que cubra sus responsabilidades como propietario y como inquilino. Ambos seguros son complementarios y lo que se busca es que puedan estar cubiertos frente a cualquier situación imprevista, por lo que conviene revisar bien las coberturas, pues no todos son iguales.

Además como arrendador puedes considerar contratar un seguro que cubra el impago de alquiler o que te proteja frente a los daños que pueda ocasionar el inquilino en la vivienda. Ambas coberturas son muy recomendables. De este modo, si elegimos bien al arrendatario y contamos con un buen seguro, minimizamos los riesgos de que la operación salga mal.