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El delantero Uros Djurdjevic, durante un partido con la selección sub 21 de Serbia. E. C.
Un peso pesado del gol

Un peso pesado del gol

Djukic, Mate Bilic y Botía trazan un retrato de Djurdjevic, el próximo fichaje del Sporting

JAVIER BARRIO

GIJÓN.

Martes, 21 de agosto 2018, 02:40

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Una respuesta tras otra, venga de quien venga, siempre camina hacia el mismo destino. Jugar para marcar. Uros Djurdjevic (Belgrado, 1994) tiene el gol como obsesión desde que era niño y peloteaba en las categorías inferiores del Estrella Roja, su escuela en el fútbol y de la que salió extrañamente -no está muy claro si por su afición al fútbol sala, pero no por falta de condiciones- antes de cumplir la mayoría de edad. «Es un jugador que tiene mucho gol, vive para él y es lo único que ve en un partido», sintetiza rotundo Miroslav Djukic en conversación con EL COMERCIO. Él fue por un puñado de partidos su último entrenador en Serbia, que le dijo adiós el pasado verano tras su carta de despedida más brutal: 24 goles en 29 partidos que le reportaron al Partizán, su equipo de entonces y enemigo natural del de su niñez, 2,5 millones de euros por su traspaso al Olympiacos.

«Creo que puede marcar la diferencia en Segunda si su equipo le acompaña. Todos los proyectos de la categoría trabajan bien en defensa, en bloque, pero necesitan un delantero que marque la diferencia y finalice bien, y esa es su principal virtud», observa el exjugador del Deportivo y del Valencia, entre otros equipos. «Es un jugador que Olympiacos ha puesto en el mercado. Nosotros trabajamos las opciones que están ahí, pero las confirmamos cuando estén concretadas, firmadas y documentadas. Ni confirmo, ni desmiento nada», regateó ayer Miguel Torrecilla, su gran valedor, quien también considera a Djurdjevic un peso pesado del gol. Tanto que el Sporting está dispuesto a realizar el mayor desembolso de su historia, superando al de Barba, abonando al club de El Pireo una cantidad por encima de los dos millones de euros. La extensión del contrato iría a juego con el montante de la operación, negociando cuatro años de contrato. La idea es que todo quede documentado en estas próximas horas.

Los que más le conocen realzan, además de su habilidad extrema en la finalización, un fuerte carácter en competición. Puro fuego con las pulsaciones altas del balón. Y también personalidad, refrendada en su capitanía con la selección sub 21 y en otros detalles, como su explosivo fichaje por el Partizán, en 2016, después de criarse en el eterno rival. «Me prometí a mí mismo que iba a demostrarles (al Estrella Roja) que estaban equivocados. Tanto en Holanda, como en Italia, los aficionados me aceptaron porque soy profesional y doy el cien por cien», dijo entonces. Interviene de nuevo Djukic: «Creo que puede sorprender en el Sporting. Va a trabajar mucho para el equipo y tiene gol. Es el típico futbolista que si no marca no se irá contento de los partidos. Busca participar mucho en el juego y tiene intensidad. Seguramente se acoplará bien».

Amplía Mate Bilic, el que posiblemente haya sido el futbolista balcánico más exitoso y recordado en la historia del Sporting, que también tiene en el radar al próximo fichaje rojiblanco. «El rendimiento que vaya a dar dependerá también del juego que le dé el equipo», avisa de inicio, antes de bendecir sus características: «Es un jugador de área, goleador, peleón y duro. Necesita que le llegue mucho balón desde la banda porque es muy eficaz en el remate. Luego puede ayudar mucho al equipo a conservar el balón porque es muy fuerte para aguantarlo de espaldas y ganar duelos». Pero, insiste sobre cualquier otro aspecto, «es muy peligroso dentro del área y, si conecta con la afición de El Molinón, puede hacer una temporada extraordinaria».

Holanda e Italia

Consolidado en su país, especialmente en esa última temporada en el Partizán, su estrella ha parpadeado cada vez que ha cogido una maleta y se ha decidido a buscar fortuna en otras competiciones. No la encontró en el Vitesse, primero, ni en el Palermo, después, aunque en el conjunto holandés hizo bastantes méritos cada vez que jugó en el segundo equipo, terminando con 18 goles. Tampoco le dio mucha bola el Olympiacos, utilizándole en 19 partidos en los que festejó cuatro goles. Aunque la apuesta que hizo el club de El Pireo por el serbio era fuerte, la extravagante remodelación que ha llevado a cabo este verano su presidente, Evangelos Marinakis, ha provocado una marea de fichajes y salidas que ha arrasado con el proyecto del año anterior, del que queda poco.

En esa estampida se fue Alberto Botía, exfutbolista del Sporting, fundamental en el Olympiacos de los cuatro últimos años y compañero de Djurdjevic el curso pasado. «Es un delantero de área, pero tiene muy buenos desmarques también», concede el murciano desde Arabia Saudí, donde juega en la actualidad, para completar su radiografía con dos llamativas pinceladas: «Es poderoso de cabeza, con un buen remate, además de ser peleón y tener bastante carácter». Su carta de presentación.

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