Las puntuaciones de Manuel Rosety tras la derrota del Sporting de Gijón en Castellón

Un sistema defensivo muy voluble fue la causa de una derrota del Sporting de Gijón en la que de nada sirvieron los tres goles de Otero a domicilio. Garitano cambió el equipo, con un 4-2-3-1, en el que la novedad fue Nico Serrano en la media punta, fuera de sitio.

El tono inicial del equipo gijonés fue el reflejo de la temporada, con una imagen muy irregular. El Sporting empezó desdibujado, con una actitud pasiva y excesivas dudas. Así llegó el primer gol, con una autopista entre los centrales. Nada nuevo. El tanto despertó a los rojiblancos, con protagonismo de Dubasin y Otero. El colombiano fabricó el empate, pero en la prolongación volvió a apreciarse otro boquete en el centro de la zaga que costó el segundo gol.

El empate en la continuación dio alguna esperanza, difuminada con dos agujeros en la defensa, incluido el infortunio del cuarto. Despertaron los rojiblancos, con una ofensiva desenfrenada, con más corazón que cabeza, sobre todo tras el tercero de Otero. Las prisas son malas consejeras y negaron el empate ante un rival vulgar. Garitano no convenció con un carrusel de sustituciones y variantes tácticas con poco sentido.

Otero y Dubasin marcaron la diferencia en un equipo que justificó la temporada de sufrimiento, con la necesidad de una profunda metamorfosis.

Tres goles y otros tres disparos que merecieron serlo. Tuvo movilidad, ambición y siempre estuvo en boca de remate. Efectivo, con acciones espectaculares.

No estuvo fino en dos goles. El segundo y el tercero. Se lució en un par de intervenciones. Se vio superado por la inestabilidad defensiva.

Voluntarioso, pero con una línea irregular y un estilo apresurado. Tuvo algunas complicaciones en defensa. Desafortunado en las vigilancias.

Perdió la posición con frecuencia. Despistado en los dos primeros goles, quedó clavado en el tercero. Destacó algo en el juego aéreo. Balance pobre.

Desdibujado y poco consistente. Tuvo la posición perdida en el primer gol. Destacó en algún corte, pero con sensaciones de debilidad. Irregular.

Discreto. Se contagió del despiste general del sistema defensivo. Fue superado en algunas acciones. Mejoró con coraje en el último tramo del partido.

Se dejó ver por fases. Mal al principio, apareció algo después. Perdido en el segundo gol. En el segundo tiempo, mal primero y acelerado después.

Combativo, pero desacertado. Sin consistencia en la jugada del primer gol local. Estuvo bastante desdibujado, sin fijar la posición. Restó poco juego.

Se lució en acciones puntuales en el primer tiempo. Un defensa le sacó un balón de la portería. Se le vio activo, pero con escasos apoyos. De lo mejor.

La jugada del penalti, en la que presionó muy bien, y un disparo desde el borde del área. Fue su pobre balance. Sin desborde. Se le vio fuera de sitio.

Como atacante hizo poco, con sensación de extrañar su función. Desigual en las vigilancias. Tuvo un partido de altibajos. Mejor de lateral.

Cumplió decorosamente el tiempo que dispuso, más entonado que Kevin, sobre todo al mirar hacia adelante. También fue más correoso atrás.

Dispuso de poco tiempo. Se durmió en una buena ocasión de disparo, en una posición idónea para sus características. Le falta confianza.

Se dejó notar en el arreón final del equipo, pero con precipitación en las avalanchas de ataque en busca del empate. Cumplió discretamente.

Participó con más ilusión que acierto en el último tramo del encuentro, sin una posición definida. No le llegaron ocasiones de remate.

Dio un recital de cambios y variantes de sistema. Acabó con el equipo alocado. Era lo conveniente, pero antes no transmitió la tensión necesaria.

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