Nacho Novo
«Oscar Cortés es rápido, bueno en el uno contra uno y con gol. Es una apuesta de futuro aquí en Glasgow y creo que va a triunfar en el Sporting»
«Tengo muchas ganas de ir de visita por ahí, me encantaría ver un partido en El Molinón», asegura Nacho Novo (Ferrol, 1979), exfutbolista del Sporting ... , entre otros muchos equipos. Novo descuelga el teléfono desde Glasgow, donde mantiene su residencia más habitual desde su etapa en el Rangers, club en el que es leyenda y del que ha llegado como cedido al Sporting el colombiano Oscar Cortés. Al mismo tiempo, el ferrolano, que busca su camino como técnico, sigue siendo el 'diablo' para los hinchas del Celtic. «Me siguen odiando», normaliza. Cosas que no cambian.
–¿Sigueentrenando?
–Ahora estoy parado, esperando y viendo mucho fútbol. Estuve entrenando casi dos años en Estados Unidos, en el Lexington (Kentucky), y regresé a Escocia.
–¿Y no se plantea volver algún día a España?
–Claro. Pero tengo aquí a mi niño, Javier, que tiene 15 años. Lo primero es lo primero.
–¿Su hijo juega al fútbol?
–Sí, le encanta. Está en un equipo de aquí de Glasgow. Juega de lateral derecho.
–Le preguntaba antes por la posibilidad de volver a España.
–Es difícil por lo que le decía de mi hijo y, después, también está la cuestión profesional. Si pudiera tener alguna oportunidad como entrenador, pues sí. La cosa cambiaría. Me gusta mucho entrenar.
–¿Con qué fútbol se identifica?
–Me gustaría que mi equipo tuviera el balón, pero para jugar al ataque. Veo a muchos equipos que quieren jugar desde atrás, pero en horizontal, con un ritmo lento. A mí eso no me va. Quiero un equipo agresivo con el balón, que salga jugando desde atrás, superando líneas.
–¿Cuesta mucho gestionar los egos de un vestuario?
–En el Lexington los jugadores me respetaban. Eso es importante. Si pierdes el respeto del vestuario estás muerto. He tenido la suerte de aprender mucho de grandes entrenadores a los que admiro: Alex McLeish, Walter Smith, Preciado. Depende del tipo de club a veces también conviene tener a una persona con nombre. Una que los jugadores vayan a respetar. Por ejemplo, Steven Gerrard, que lo tuvimos en el Rangers. Ganarse su respeto es clave, pero también te lo tienes que ganar. Manolo Preciado era un maestro en eso. Sabía a quién tenía que meterle caña, a qué jugador tenía que darle un abrazo, a quién tenía que llevarse a tomar una caña. Es la clase de entrenador que me gustaría ser.
–Con Preciado tuvo una relación muy especial.
–Fue como un padre. Cuando me fui del Sporting, cuando estaba todo el mundo en mi contra, él ya no estaba...
–Tiene muy presente aún su salida del Sporting.
–Es que nunca me tiré del barco ni quise salir. Yo no soy así. Cuando me comprometo, me comprometo. Recuerdo que cuando fui con el Huesca a El Molinón, tiempo después, algunos aficionados me silbaron y eso me dolió. Tengo mucho cariño al Sporting.
–¿Clemente fue el detonante de su marcha?
–Me llamó cagón. Ahí me la preparó bien porque yo estaba comprometido. Eso lo lio todo. Clemente siempre ha sido de liarlas pardas... Pero es agua pasada. No tengo nada en contra de nadie. Intenté hacer mi trabajo lo mejor que pude. Soy del Sporting y así seré hasta que me muera. Para mí es un sitio muy especial. La afición es increíble. Pero en ese momento había personas que sí me querían dentro y otra gente del club que me quería fuera.
–El Sporting jugará la próxima semana en Almería...
–Ahí marqué mi primer gol con el Sporting. Me acuerdo de aquel partido, hacía bastante calor. Salimos un poco dormidos, pero nos metimos en el partido y terminamos empatando. Creo que marqué tras el saque de un córner, ¿no? Qué recuerdos (risas).
–Habrá visto a Oscar Cortés con el Rangers. ¿Qué le parece?
–Un buen jugador. Es rápido, bueno en el uno contra uno y con gol. No le he podido ver con continuidad porque ha tenido alguna lesión, pero me gusta. Tiene algo.
–¿Ha hablado con él tras su llegada a Gijón?
–No, pero hablé con él alguna vez cuando estaba aquí, en Glasgow. Es un chico muy tranquilo. Sí me gustaría hablar con él para decirle que ha llegado a un club muy grande y para desearle lo mejor, que seguro que va a hacer una buena temporada. Es una apuesta de futuro del Rangers y creo que va a triunfar en el Sporting. Va a hacer un buen papel.
–He leído que no visita mucho el centro de Glasgow, ¿no?
–Hay que tener cuidado por donde se va. Me gusta más la montaña, la naturaleza, caminar, meterme en el lago, que aquí está congelado (risas). Teniendo eso estoy contento. Soy gallego y, como a los asturianos, nos tira la naturaleza. Cuando eres más joven, no piensas mucho en lo que tienes, pero esto me apasiona: ver paisajes, subir una montaña, hacer una acampada con mi hijo.
–¿Se lleva algo mejor con los aficionados del Celtic con el paso de los años?
–¿Está de broma? ¡Soy el más odiado! Así es la vida. Cuando alguien te odia significa que has hecho un buen trabajo.
–Vivió un episodio muy delicado cuando jugaba en el Glentoran, en Belfast, y tuvo que marcharse a Londres. ¿Qué pasó?
–Recibí una amenaza de muerte. La Policía me citó en la comisaría y me estuvo explicando.
–Era una amenaza del IRA, ¿no?
–Sí. Estuve una semana en una casa, con policías por todos los lados. Luego ya me fui a Londres. Estuve con el Crystal Palace entrenando a los canteranos.
–¿Se ha recuperado bien del infarto que sufrió en 2018?
–Sí, todo bien. Estoy fuerte. La verdad es que estoy haciendo mucho deporte. Hago una vida normal, tranquila. Sucedió en un torneo de fútbol indoor que estábamos jugando en Berlín, que hacía muchísimo calor. Tenía algo de infección y no tenía que haber jugado. Me esforcé y... Tuvieron que ponerme dos stents, pero estoy bien.
–¿Cómo ve al Sporting? Tres victorias y una derrota en las cuatro primeras jornadas.
–El Sporting siempre tiene que tener un equipo para ascender porque es de Primera. Los sigo y espero que asciendan este año. Tiene que ser este. Quiero ver un Sporting-Oviedo en Primera. Con victoria del Sporting, claro.
–¿Volvió a coincidir con José Mourinho tras la victoria del Sporting en el Bernabéu y el lío con Preciado?
–Lo vi por el Rangers y estuve hablando con él. Me dio un abrazo. Es muy buena persona, no se parece a lo que se ve por televisión. Después de todo lo que había pasado, del lío con Manolo, entró al vestuario a felicitarnos. Aquello fue todo muy fuerte (risas). Solo se hablaba de aquella discusión durante la semana y Manolo que no se echaba para atrás nunca... Y luego vamos y ganamos en Madrid.
–¿Qué significa el Sporting para usted?
–El Rangers y el Sporting son mis dos clubes. Los equipos de mi vida. El Rangers, imagínese lo que he vivido en Glasgow. Es todo. Al Sporting le tengo un cariño brutal. Incluso he pensado, cuando mi hijo ya tenga una edad, coger una casita en Gijón e irme para allá. Es una ciudad preciosa, con buena gente, y el Sporting uno de los grandes de España.
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