«Es imposible que me canse del Sporting; me lo ha dado todo en la vida»
Roberto Canella, capitán del Sporting: «¿Renovación? Nunca pondría límites en una negociación con el club. Si quieren hablar, lo haremos»
JAVIER BARRIO
Sábado, 2 de febrero 2019, 01:39
«Cuando firmé mi primer contrato profesional recuerdo que subí arriba, a las oficinas, y me dijeron: 'tienes el 15 o el 2 para escoger'. Y me quedé con el 15 para siempre». El tiempo que encadena de actividad Roberto Canella (Pola de Laviana, 1988), capitán del Sporting, parece una eternidad. Pero su DNI asegura que esta semana que viene cumplirá 31 años, pese a las doce temporadas en rojiblanco que engordan su currículum. Y le queda cuerda para rato, confirma a EL COMERCIO después de picar a un miembro del cuerpo técnico. Y quiere agotarla en el Sporting, su vida. Le incomoda, de hecho, hacer la sesión de fotos vestido de calle, sin llevar alguna prenda del equipo. «Pocas veces le verán en ruedas de prensa y demás sin la camiseta de entrenar o la sudadera del Sporting», confirman desde Mareo.
-¿Qué sintió estos días con la participación de la Brigada de Salvamento Minero en la búsqueda del niño de Totalán?
-Imagínese. Fui a la boda de José Antonio, uno de los brigadistas que participaron que es de Laviana. Su mujer es pariente de la mía. Sentí mucho orgullo porque son personas que conozco, mineros. Gente que trabaja en lo que trabajó mi padre tantos años, como toda mi familia, que fuera allí a ayudar... Siento orgullo de su trabajo y de la minería, que se muere. Y, como se vio, fueron allí a ayudar. Sacaron al niño, por desgracia fallecido, pero es para sentirse orgulloso. Ellos se juegan la vida en todos los sitios a los que van. En este caso, después de tantos días, parecía complicado encontrar al niño con vida, aunque era lo que todos deseábamos. Al final lo encontraron y para la familia era importante. Como también que, después de la desgracia, no les haya pasado nada a los mineros, Guardia Civil y a todos los que trabajaron allí.
-En redes sociales les hicieron alguna crítica por la foto en la que posaban Pablo Pérez, Nacho Méndez y usted mismo con casco, en un pequeño homenaje a la Brigada.
-Las críticas ya sabe que se llevan mucho, sobre todo en 'Twitter' (risas), pero es lo que hay. En mi caso, soy de raíces mineras. Mi padre, mis abuelos, mis primos, mis amigos. Todos son mineros. El dinero que llegaba a casa era el de mi padre, que fue minero. Trabajó en el Pozo María Luisa, en Ciaño. Un trabajo fastidiado, pero de ahí venía el dinero. Se jugaba la vida por su familia. Sustos grandes no recuerdo, pero sí que se levantaba a las cuatro de la mañana para ir a trabajar. Cuando eres pequeño no lo entiendes, pero cuando vas creciendo y ves cómo es la mina te paras a pensar. Nunca sabes si va a salir o no, si habrá un desprendimiento, un escape... Siempre estaré con la minería y los mineros. Soy el que más orgulloso puede estar. Lo viví en casa.
-¿Quema la crítica después de trece años de profesional?
-Al final, después de tanto, lo hablo con mis amigos alguna vez, estoy acostumbrado. No me importa que me digan algo. Otras cosas son las faltas de respeto y los insultos, que no llevo bien. Que sea futbolista y gane un dinero no justifica que alguien me insulte por la calle en un momento determinado. 'Es que eres futbolista y te insulto'. No, no. Primero soy persona y luego futbolista. Hubo un tema hace poco en 'Twitter' y salté, aunque nunca digo nada, ni aunque me insulten. Pero llegó a mi hermano, que tiene trece años. Y me preguntó. Esto es algo que hay que erradicar.
-¿Ha cambiado su preparación física con los años?
-Soy un chaval, ¡eh! Que tengo todavía treinta años (risas). No hago nada diferente a lo que hacía. Me cuido todos los días, especialmente con la alimentación, salvo algún día puntual que vaya a comer con mi mujer. Tengo suerte también porque, aunque coma un poco más un día, no engordo. De grasa estoy bien. Llevo diez años más o menos en el mismo peso, 72 ó 73 kilos. De ahí no paso.
-¿Se pierde en algún momento la pasión por el fútbol?
-Qué va. Sí que es una rutina, entrenar y jugar, pero hago lo que me gusta. Soy un privilegiado. No me canso de entrenar, ni de jugar. Y tengo cuerda para rato. No me canso.
-¿Y del Sporting?
-Menos. Es el club que me ha dado de comer. Por él soy futbolista. Me lo ha dado todo en la vida. Es mi primera casa. Estoy más aquí que en la mía. Es imposible que me canse del Sporting. No imagino el día que no esté. Vengo en descanso. Tengo hasta el mando del portón de fuera (risas).
-¿A qué club estuvo realmente más cerca de salir traspasado?
-Del que más cerca estuve fue del Zaragoza. Yo era un chaval y no lo veía claro. Quería más quedarme, pero era una muy buena oferta para el Sporting. Luego, el dinero que me daban también era importante. Recuerdo ir a hablar con el 'presi', Vega-Arango, y decirme él que para el club era una situación muy buena y que iba a tener mucha suerte. Marché medio llorando. Era un chaval. Me dijo Preciado: '¿qué vas a hacer'. Y yo le respondía: 'creo que me voy, pero no lo sé' (risas). Al final, por determinadas cuestiones, no se hizo, pero casi estaba hecho. Marcelino había hablado conmigo y todo. Pero por temas de los clubes no se hizo. No me comí mucho la cabeza. Estaba encantado aquí.
-Lleva más de doce años en el primer equipo, es el capitán y termina contrato en junio. Está previsto que le ofrezcan la renovación. ¿Su deseo es seguir mucho aquí?
-Estoy encantado aquí. Este club me lo ha dado todo. El fútbol da muchas vueltas y nunca se sabe qué es mejor. Si quieren hablar conmigo, me sentaré, hablaremos y decidiremos.
-¿Han empezado los contactos?
-Nadie ha hablado conmigo, pero estoy muy tranquilo. Me dedico a entrenar. Si hablan conmigo, bien, pero si no lo hacen, también. El mundo no se acaba aquí. El fútbol sigue, aunque siempre estaré agradecido al Sporting.
-¿Habría algún límite en una negociación entre el Sporting y usted?
-No, no. Nunca pondría límites. No pongo nada. Si quieren hablar conmigo, se hablará todo y veremos. Y siento ser repetitivo en esto, pero es el club que me dio la oportunidad de ser futbolista.
-¿Sería su último contrato o se ve jugando mucho tiempo?
-Ahora mismo me encuentro muy bien. ¡Tengo treinta años! Igual dentro de tres le digo que estoy muy tieso y voy a dejarlo. Me encuentro bien y rápido, pero nunca se sabe. Me veo jugando hasta que me deje el fútbol (risas). Cuando no tenga ilusión, que hoy tengo muchísima, lo dejaré. Pero, si no, seguiré en Segunda B, Tercera...
-Aunque la tabla diga otra cosa, ¿qué ha cambiado con José Alberto?
-Cuando llega un entrenador todo el mundo pone algo más. Con Baraja entrenábamos bien, pero el balón no entraba. Con Jose estamos muy contentos. Mete mucha intensidad y tiene las ideas muy claras. Eso para nosotros es muy bueno. Pese a la derrota del otro día se está viendo a un equipo que llega al área rival y que lo intenta. Siempre nos dice que si nos equivocamos que sea hacia delante.
-¿A qué conclusión llegaron tras la derrota del otro día?
-Queda un mundo y más en Segunda. No podemos hacer un drama de la derrota contra el Dépor. El equipo tampoco hizo un partido horrible. Dio la cara, mereció empatar. Tenemos que quedarnos con lo malo, para corregirlo, y lo bueno, para reforzarlo.
-¿Cree que van a tener la opción de engancharse?
-Estoy completamente seguro. Si no lo pensara, apaga y vámonos. No debemos hacer números, pero veo a un equipo capaz de meterse en el 'play off' y de luchar por ello.
-¿Quién le ha dado el mejor consejo en el fútbol?
-A quien más tengo presente en eso es a Preciado, que fue quien me hizo prácticamente futbolista. Me dijo que no perdiera la humildad, que es lo que me iba a llevar a ser jugador durante muchos años. Lo tengo para siempre.
-¿El futbolista del Sporting tiene una relación de amor y odio con El Molinón?
-(Risas). Eso pasa con las aficiones que lo sienten, que son exigentes y que llenan el estadio. Es normal que pasen del negro al blanco. Quieren lo mejor para el equipo. Cuando uno no está, le exigen. Y lo veo normal. Y cuando va bien, le apoyan al máximo. El Molinón es un campo con muy buena afición, pese a que haya momentos en los que tenga que exigir.
-¿Y llega a pesar o el jugador del Sporting tiene que ser especial? El último caso ha sido Carmona...
-A 'Carmo' no le va a afectar. Es un tío fuerte. Sí que es verdad que no somos todos iguales. Hay gente que aguanta muy bien la presión y otra que no. Hay gente a la que se pita y va a peor, porque eso se ve. A otros ni les afecta. Personalmente recuerdo un partido en casa contra el Levante, hace años, que me afectó. Pero eso me hizo más fuerte. Duele pasar por ello, pero es parte del crecimiento.
-¿Cómo fue aquello?
-Un balón en banda... No sé si lo perdí o me ganaron en un uno contra uno que terminó en gol. Cuando tocaba el balón, me pitaban. Tenía 23 años y era la primera vez que lo experimentaba. ¡Y flipaba! Fue solo en la primera parte, pero lo pasé mal. Recuerdo que llegué a casa y me puse a llorar. Mi padre me vio y casi me pega un tortazo (risas). Me dijo: '¡Qué coño haces llorando porque te piten! ¡La próxima vez que te vea llorando por eso te saco por la ventana!'. Fue un consejo buenísimo. No le dio importancia. Yo le estaba dando demasiada. A nadie le gusta que le piten, pero hay que apechugar con ello.
-La primera expulsión de su carrera fue por una entrada a Diego Capel, entonces en el Sevilla, y que ahora juega en el Extremadura, su rival este domingo. El Molinón le sacó del partido después.
-Ese partido, si no llega a ser por la gente, no lo habríamos ganado. Estuvo encima de Capel, de todo el Sevilla, y ganamos. Recuerdo que hasta lo cambiaron. La entrada era fuerte, pero no creo que de roja.
-¿Llegó a hablar con él de aquello?
-¡Sí! Jugábamos de sábado o domingo y de lunes me iba con él a la selección. Fui con Capel en el avión. Me reconoció que no creía que fuera roja y que el público se le echó encima.
-¿Cómo plantea el partido de Almendralejo?
-Es un partido difícil. Sabemos que será complicado, frente a un equipo que está abajo y que quiere salir de ahí y que será muy difícil. Pero si el equipo compite y está bien puede ganar a cualquiera. Vamos con la intención de sacar los tres puntos. Si queremos estar con los mejores, meternos en 'play off', cuanto menos tropecemos tengamos, mejor. El otro día nos fuimos jodidos y tenemos que sumar y ganar mucho.
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