El Sporting vuelve a tener pesadillas

Era de esperar que los viejos fantasmas volvieran a sobrevolar por las cabezas de los jugadores del Sporting. Pese a que sumaron dos victorias consecutivas, los milagros no siempre suceden. El equipo volvió a ser el mismo el sumó una victoria en 17 jornadas. No hubo un solos instante en el que se mostrara superior a su rival.

El Cádiz ganó con lo justo. Con un gol de Chris Ramos en una acción en la que Nacho Martín tuvo que estar mucho más solvente de lo que fue. Nada más que destacar. Ni para unos ni para otros.

Dos históricos del fútbol español pasan apuros en Segunda División y el enfrentamiento entre ambos fue el fiel reflejo del puesto clasificatorio en el que se encuentran. Un mal que no se cura de la noche a la mañana.

Garitano quiso dar continuidad al once de la semana pasada con la novedad de Nacho Martín en lugar de Nacho Méndez en el centro del campo. No le salió el plan establecido. Su equipo ni creó peligro ni estuvo acertado en el ataque. Defensivamente tampoco pasó demasiados apuros, principalmente porque al Cádiz le valió con adelantarse en el marcador y dejar pasar el tiempo.

La sensación que dejó el Sporting fue de relajación. Dio la sensación de que los rojiblancos, tras alejarse de los puestos de descenso, daban por cerrada la temporada. Garitano ya lo advirtió. Se va a sufrir hasta el final.

Nadie se puede relajar. En el momento en el que se baja el rendimiento, el equipo es vulgar. Se convierte en un Sporting poco fiable, que no sabe sufrir y que llega a desesperar a sus aficionados. Aunque hay que reconocer, al igual que sucedió con Albés, que la plantilla da para lo que da.

Los cambios no ayudaron a cambiar la imagen. La entrada de Nacho Méndez parecía que había animado a sus compañeros a mirar hacia adelante, pero fue un espejismo.

Sin reacción, el partido se murió poco a poco con el paso de los minutos. No hubo arreón final. Pero ni por parte del Cádiz ni por parte del Sporting. Un partido aburrido y para olvidar.