'Los Vigilantes de la Playa' y otras series que marcaron nuestros veranos
De cuando Pamela Anderson y David Hasselhoff conquistaron a mil millones de espectadores
Si cerramos los ojos y pensamos en los veranos de los 90, el maremágnum de imágenes seguramente venga acompañado por una banda sonora muy concreta: ... la sintonía de 'Los vigilantes de la playa'. ¿Quién no recuerda a David Hasselhoff y Pamela Anderson corriendo a cámara lenta por la arena, embutidos en los míticos bañadores de color rojo?
Ver 'Baywatch' (como se llamaba originalmente la serie) se convirtió en la costumbre vespertina de muchos niños y adolescentes, que fantaseaban con replicar las aventuras y desventuras de aquel grupo de socorristas de Los Ángeles durante su próxima visita a algún punto del litoral peninsular. Muy especialmente, a mediados de la década, cuando la ficción llevaba ya varias temporadas en el aire y sus personajes se habían convertido (¿para qué negarlo?) en el sueño húmedo de muchos.
Pocos saben, no obstante, que la primera temporada de 'Baywatch', emitida en 1989, supuso un coitus interruptus en toda regla: NBC la canceló debido a sus bajas audiencias y a los costes de producción desorbitados, pero el propio Hasselhoff la rescató en 1991 con la intención de distribuirla internacionalmente. El desembolso (de su propio bolsillo, a modo de productor ejecutivo) fue considerable, pero la jugada le salió a pedir de boca: medio mundo quedó prendado sin remedio de aquel reparto de cuerpos esculturales, lo que, salpimentado por unas espectaculares secuencias de acción, derivó en la friolera de once temporadas.
Tras un fracaso inicial, el propio Hasselhoff rescató la serie pagando el alto coste de su bolsillo
'Baywatch' contó así con 243 episodios hasta abandonar la parrilla televisiva en 2001, acumulando una audiencia de más de 1.100 millones de espectadores en un total de 148 países. De hecho, llegó a rodarse una 'TV movie' ('Baywatch: Hawaiian Wedding') y el spin-off 'Baywatch Nights', que horrorizó a propios y extraños con sus tramas al más puro estilo 'Expediente X': ¿quién decidió que era buena idea meter vampiros, zombis y demonios en la ecuación y, sobre todo, con qué argumentos logró convencer al resto?
Sea como fuere, y dejando a un lado las críticas a la sexualización de los intérpretes, Los Vigilantes también serán recordados por abordar temas de interés público como el cáncer de piel, la protección de los océanos o la discapacidad a través de algunos de sus personajes. Desde luego, mejor quedarnos con eso que con el terrible 'reboot' cinematográfico de 2017, protagonizado por Dwayne Johnson y Zac Efron.
«¡Chanquete ha muerto!»
Un repaso somero a la programación televisiva veraniega en nuestro país lleva a hablar de folletines adolescentes como 'Sensación de vivir'; de 'El Príncipe de Bel-Air', que tanta fama dio a Will Smith; de las disparatadas escapatorias del manitas 'MacGyver', del variopinto 'Equipo A' o de las conversaciones del propio Hasselhoff con 'El coche fantástico'. Si en aquel momento nos hubiesen dicho que años después estaríamos hablando con nuestros utilitarios gracias a los asistentes por voz, seguramente no nos lo habríamos creído.
Aunque dichas series se repusieron hasta la saciedad, de algún modo seguían encandilándonos por el carisma o la comicidad de sus protagonistas. Algunas referencias más: 'Punky Brewster', 'Xena, la princesa guerrera', 'La tribu de los Brady', 'Las gemelas de Sweet Valley', 'Cosas de casa', 'H2O', 'Los rompecorazones'...
Dentro de la producción nacional y a lo largo de los años, a la mítica 'Verano azul' y su «¡Chanquete ha muerto!» (parte ya insondable del imaginario colectivo de este país) podemos sumarles estrenos estivales como 'Yo soy Bea' o 'Nada es para siempre', además de redifusiones habituales como el 'Hostal Royal Manzanares' de Lina Morgan, 'Farmacia de guardia', '7 vidas', 'Manos a la obra' o 'Curro Jiménez', que compaginamos con concursos tan refrescantes como '¿Qué apostamos?' o ese 'Grand Prix del Verano' que, año tras año, obra el prodigio de enganchar a nuevos espectadores entre la chavalería.
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