El plan de Fomento para Renfe solo prevé personal en las estaciones en Oviedo y Gijón

El 6 de mayo de 2015 la ministra de Fomento, Ana Pastor, anunció un golpe de timón en política ferroviaria. Aquel día presentó el Plan Integral de Cercanías 2015-2018, programa que traía una inversión de 1.257,7 millones en tres años. La reforma de líneas, trenes y estaciones a las que se iba a dotar de servicio wi-fi se traduciría en un incremento de pasajeros de 22 millones en los servicios de proximidad, calculó. «Se trata de un plan muy meditado, muy ambicioso, pero que a la vez está a nuestro alcance», aseguró Pastor.

La magnitud de la apuesta contrasta con la decadencia que atraviesan estos días los cercanías asturianas de ancho métrico (la extinta Feve), con alrededor de 150 frecuencias canceladas la última semana sin previo aviso. Desde su presentación, EL COMERCIO viene solicitando a Fomento los detalles del citado Plan 2015-2018, obteniendo como respuesta una presentación power-point de 17 folios y cuatro páginas más de proyectos en los que avanza Renfe Viajeros. Ante la insistencia de los requerimientos, el ministerio acaba de reconocer la realidad: «El Plan Integral de Cercanías aún no es un documento completado».

Un año después de su presentación el asunto está por tanto a medio diseñar y de momento las propuestas que Renfe y Adif han incluido en él contienen mejoras de doble filo. El operador ferroviario, por ejemplo, empieza su lista de prioridades abogando por garantizar la atención al cliente en las estaciones pero «a través de un modelo de gestión flexible». ¿Y cómo se logra este objetivo? El documento lo aclara: «Este servicio podrá realizarse a través de puntos de atención personalizada (en aquellas estaciones con más de 3.000 viajeros al día -subidos y bajados-), o bien a través de puntos de atención remota, gestionados desde centros de atención remota».

Aplicar la medida en el Principado implicaría un drástico recorte en las plantillas de comerciales, reclamaciones e información. El declive de pasajeros de los últimos años ha provocado que de las 156 estaciones asturianas que componen la red de cercanías de ancho métrico e ibérico, solo tres están por encima de la afluencia requerida: Sanz Crespo, Oviedo y Llamaquique. Paradójicamente esta última es la segunda que más usuarios mueve en la región y carece de personal de venta.

La reducción sería por tanto severo. Actualmente, y según el recuento de los sindicatos, queda personal de circulación, venta de billetes y de la contrata Alentis en 39 apeaderos. De aplicar el Plan Integral de Cercanías, el conflicto que la empresa desató a mediados de 2014 para externalizar el servicio en once estaciones sería por tanto solo un primer paso.

La documentación incluye también un proyecto denominado «Información en estaciones» que pasa por instalar en «todas las estaciones de cercanías» sistemas de megafonía, interfonía y teleindicadores. La inversión anunciada para ello en toda España es de 4,3 millones. La ausencia de este tipo de tecnología en la mayor parte de la red de ancho métrico está impidiendo a la empresa advertir a los clientes de la cancelación de los servicios de los últimos meses.

El borrador del Plan contempla una nueva política tarifaria, la posibilidad de pagar billetes desde el móvil, la renovación integral de la línea Gijón-El Berrón así como «notables mejoras de tiempos de viaje en cercanías y ancho métrico» en Asturias. Son progresos que, un año después de su anuncio, siguen sin salir de los papeles oficiales.

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