«Yo tengo la conciencia tranquila, no sé si la tuvo López de Letona»
«Nunca quise ser ministro. Siempre he estado dispuesto a colaborar, pero de una manera técnica e independiente»
S. B.
Domingo, 21 de mayo 2017, 08:53
Juan Velarde tiene una memoria prodigiosa en la que guarda numerosoas anécdotas. Algunas de ellas, como la vivida en la época del ministro López de Letona, las revela ahora, en esta entrevista, por primera vez.
¿Le hubiera gustado ser ministro de Economía?
No, nunca quise ser ministro. Siempre he estado dispuesto a colaborar, pero de una manera técnica e independientemente. Preferí estar a la sombra y ver cómo se equivocaban a veces.
Cuente, por favor.
Pues le voy a contar algo que no he contado nunca. No se me olvidará una anécdota de cuando López de Letona era ministro. Yo había dirigido la tesis doctoral sobre el petróleo de un árabe que tenía una beca para estudiar en España. Cuando acabó, se marchó del país. Un buen día, me llama por teléfono y me dice que está en Madrid y que quería verme. Me cuenta que están muy adelantadas las negociaciones en el mundo árabe para crear una unidad que haría subir los precios del petróleo. Me dice que él está muy agradecido a España, que le debe mucho, y que me revelaba esa noticia para que este país, tan dependiente del crudo, pudiera hacer contratos a corto plazo y alinearse en prevención de lo que luego ocurriría. Yo lo trasladé por escrito al Ministerio, pero unos días más tarde me entero de que López de Letona había dicho que mi informe «eran cosas del pesimista de Velarde» y que «el petróleo lo controlan los americanos». España perdió una oportunidad. Yo tengo la conciencia muy tranquila, pero López de Letona no la debió de tener tanto, porque tuvo en su mano la posibilidad de aliviar de forma notable la economía española. Esas cosas pasan.
¿Cómo es Juan Velarde?
Cuando me jubilé del Tribunal de Cuentas me hicieron un pequeño homenaje y el presidente de la entidad habló de mi trato agradable, pero también de los puñetazos que daba sobre la mesa en momentos determinados. Los he dado incluso delante de Don Felipe, cuando era príncipe y le daba clases, porque otro profesor quiso dejarme en evidencia. Y a las personas que tienen una gran influencia en la vida española, como el Rey, hay que responderles siempre con la verdad.