Borrar
Vivienda de la calle Carpinteros en la que ocurrió el crimen. P. CITOULA
Empieza en la Audiencia el juicio por el crimen de Silvia Hernández en Roces

Empieza en la Audiencia el juicio por el crimen de Silvia Hernández en Roces

Celestino G. V., novio de la víctima, se enfrenta a 22 años de prisión por el delito de homicidio. Será juzgado por un jurado popular

OLAYA SUÁREZ

GIJÓN.

Lunes, 28 de mayo 2018, 01:56

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Dos años y dos meses después de la muerte de su novia, Celestino G. V., Tino, se sentará en el banquillo de los acusados de la Sección Octava de la Audiencia Provincial como supuesto autor de las puñaladas que le provocaron el fallecimiento a la mujer. Silvia Hernández tenía 34 años y una minusvalía psíquica reconocida del 70%. La Fiscalía solicita para el procesado una condena de 22 años de cárcel y otros diez de libertad vigilada y de prohibición de residir en Gijón.

El juicio se celebrará por la modalidad de jurado popular y está previsto que se desarrolle en cinco sesiones en las que declararán el acusado, los familiares de la fallecida y los agentes de la Policía Nacional encargados de la investigación, así como los forenses y los peritos judiciales.

Las acusaciones, tanto la pública como la particular, consideran que Tino convivió con el cadáver al menos un día en su piso de Roces. De la muerte de la víctima se tuvo conocimiento la mañana del 13 de marzo de 2016, cuando el acusado telefoneó a los servicios de emergencia del 112 explicando que estaba preocupado porque su pareja estaba inconsciente y no atendía a estímulos externos. Sin embargo, la autopsia determinó que el deceso se produjo al menos un día antes, como consecuencia de las graves heridas provocadas en el abdomen con un cuchillo de cocina de 22 centímetros de longitud. Los sanitarios del SAMU que se personaron en la vivienda de la calle Carpinteros solo pudieron confirmar la muerte de la gijonesa.

Su compañero sentimental se convirtió en el principal sospechoso desde el primer momento debido a las vagas y contradictorias explicaciones que ofreció. Dijo que Silvia había discutido con unas chicas días antes, había regresado a casa indispuesta y se había metido en la cama. El escrito de la Fiscalía señala que Celestino G. V. y Silvia Hernández mantenían una tormentosa relación sentimental desde hacía años. Habían protagonizado idas y venidas a los juzgados, con condenas mutuas por malos tratos e incluso órdenes de alejamiento.

El alcohol era un motivo recurrente de disputas entre la pareja. También lo fue el fin de semana que se produjo el crimen. Dos días antes de hallar el cuerpo sin vida, Silvia Hernández telefoneó llorando a su abuela y le dijo entre lágrimas que Tino la había echado del piso porque le había roto una botella de alcohol. Su abuela le pidió que se fuese a su casa, pero ella se negó. Estaba empeñada en volver a entrar al domicilio del novio. Nada volvieron a saber sus allegados hasta que la Policía Nacional les avisó del fatal desenlace.

«Le hacía la vida imposible»

«Nunca nos fiamos de él, le hacía la vida imposible», decía a EL COMERCIO el padre de la víctima, Ignacio Javier Hernández, a las puertas del tanatorio en el que familiares y amigos despidieron a la mujer hace más de dos años. «Tenían una relación tóxica de la que Silvia no podía salir por mucho que nosotros intentásemos convencerla y hacerle ver que lo tenía que dejar», añadía. Sus peores augurios se cumplieron.

La acusación pública considera al procesado autor de un delito de homicidio y aprecia los agravantes de parentesco y de desprecio de género. Permanece desde marzo de 2016 interno en el centro penitenciario de Asturias en régimen de prisión provisional. Serán los miembros del jurado popular los que decidan sobre su futuro tras asistir a todas las jornadas del juicio oral.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios