Inquietud entre empresarios y vecinos por el parón de las obras de Brañagallones
En Caso pocos entienden como uno de sus motores económicos lleva años esperando por una reparación aprobada
Las juntas de las claraboyas, estropeadas, permiten que llueva dentro casi tanto como en el exterior; tejas rotas, humedades en gran parte de la estructura, ... losetas caídas y una imagen de dejadez y soledad; es la radiografía actual de uno de los emblemas del Parque Natural de Redes y motor económico del concejo de Caso. Se trata del refugio de Brañagallones, situado en la vega que le da nombre, a más de 1.200 metros de altitud.
Mientras los parajes asturianos ya programan la temporada estival, en Caso empresarios y vecinos ponen en duda que se pueda dar uso al refugio, un atractivo que en los últimos años atraía a la zona decenas de turistas. Lo que no sólo repercutía en este paraje natural, sino que se hacía sentir en toda la restauración y hostelería del municipio, que no entienden cómo puede llegarse a esta situación.
¿Qué se debe hacer? En los últimos años las mejoras a afrontar han ido variando; finalmente se pactó convertirlo en un refugio verde, para lo que se espera realizar una reparación integral del tejado, impermeabilización y estructura soporte, así como la mejora de ventilaciones, chimeneas y la instalación de ventanas oscilobatientes.
Muchas cosas por hacer de cara a una temporada estival que ya asoma, y esto es lo que preocupa a los casinos, principalmente a los empresarios como Rafael Fernández, que en 2019 puso en marcha lo que se conoce como tractor taxi, un vehículo especial para subir con seguridad a la vega de Brañagallones. Ahora teme que, con el refugio cerrado, no sólo se dañe su negocio, sino que afecte también a los bares, restaurantes y alojamientos rurales del concejo. «Ya hemos comenzado a notar la disminución de visitantes, en especial en el pueblo de Bezanes, y tememos que este verano sea un desastre a nivel turístico».

Precisamente en Bezanes, en su plaza, se encuentra el restaurante La Posada de Redes, una apuesta de Jan Ruiz y María Cervantes que, hace algo más de un año, enamorados de la belleza natural del entorno, abandonaron Madrid para emprender en Caso. «Todo parecía estar a favor: el parque natural, se iba a reparar el refugio, que es el gran atractivo; ahora todo se desinfla y casi no hay comensales. La Semana Santa ha estado muy floja», reconoce Ruiz. Su apuesta por Caso parece estar desinflándose. «Estamos sorprendidos de que no se haga nada», apuntan.
Esta disminución de visitantes y de reservas también se nota en otros pueblos del concejo, como en la capital. En El Campu está el complejo Arniciu; su gerente, Diego Aladro, se muestra preocupado por este retraso: «Brañagallones es un punto muy atractivo para el turismo, que atraía al concejo a mucha gente. Desde que el refugio está cerrado, la merma de visitantes es notable en todos los negocios».
Los empresarios advierten que, de continuar perdiendo oferta, «serán muchos los negocios que comiencen a cerrar. La gente viene a disfrutar de la naturaleza, pero necesita comer, dormir, tomar algo… No podemos pretender que suban a Brañagallones sin que allí haya nada».
Nadie entiende en Caso cómo se puede permitir que la reparación no esté en marcha. Algo que no es nuevo para los vecinos: «Llevan años hablando de inversiones y reparaciones, pero siempre ocurre algo y, al final, el refugio continúa deteriorándose, y Caso está perdiendo el tren del turismo de montaña», apunta indignado uno de los vecinos.
Retraso incomprensible
La historia de un retraso incomprensible comenzó a materializarse en diciembre de 2024. El refugio de Brañagallones cerraba porque se esperaba que el inicio de las obras de mejora del edificio fuese inminente. La Consejería de Cultura, Política Llingüística y Deporte había adjudicado a la empresa Uría Ingeniería los trabajos, por un valor de 677.430 euros. El plazo de ejecución se estableció en ocho meses.
Los trabajos, por acuerdo entre ambas partes, se retrasaron al mes de abril para no enfrentarse a las condiciones meteorológicas invernales. En abril saltaba la sorpresa: se producían desavenencias técnicas entre la dirección de las obras y la empresa adjudicataria.
El Principado trabaja para que se solventen de inmediato y poder iniciar los trabajos para recuperar este recinto.
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