En marcha la 'operación realojo' en Mieres: «Podemos entrar a por cosas, pero sigue inhabitable»
Algunos de los vecinos de los bloques más afectados por la explosión en el barrio de La Villa pudieron «volver a casa» este viernes, a la espera de la limpieza mayor y revisión de los peritos del lunes
La 'operación realojo' en Mieres acaba de empezar. Tras los estragos que dejó la explosión de un edificio el pasado lunes, en el ... bario de La Villa, los vecinos de alrededor han estado intentando volver a la normalidad, rescatando enseres y objetos personales de sus viviendas e intentando averiguar cuándo podrán regresar a sus hogares. Sin embargo, no es algo tan sencillo y, dependiendo de cada aso, algunos podrán pasar la noche en el edificio, pero otros no.
La mayor división se encuentra entre los dos bloques de viviendas más afectados, los que dan para la calle Ramón y Cajal pero tienen la parte trasera dando directamente a la zona donde se originó la explosión. Mientras que algunos de los vecinos van y vienen de sus pisos desde el jueves, otros tuvieron que ser frenados en el propio portal por técnicos municipales.
«Por poder podemos entrar todos, lo que pasa es que unos están mas afectados que otros», explicó Pedro Fernández, presidente de la comunidad de vecinos de los portales 73 y 75. Eso quiere decir que, si la vivienda se encuentra en buen estado, no hay problema en entrar, pero si consta como «uno de los pisos destrozados» se tendrá que pasar acompañado por la Policía y por peritos. «Si la casa da para la carretera está perfectamente habitable, sin desperfectos, si da para atrás, no hay ni ventanas», añadió Fernández. Así es el caso de Josefa García que, esta mañana, tuvo que preguntar a los agentes «si podía entrar en casa». «Avisaron del Ayuntamiento de que puedo recoger cosas, pero no puedo dormir en casa aún. Mi casa da para el callejón y tengo todo el lateral reventado», explicó mientras entraba con varias bolsas.
Así, en su bloque de nueve viviendas, hay cuatro en las que ya se puede «vivir» y volver a casa, pero en las otras cinco no. En estos casos, los propietarios siguen realojados en la residencia de estudiantes, hoteles y casas de familiares.
En el portal de al lado, el edificio más expuesto a la explosión, la situación es algo más complicada. En este bloque de siete viviendas «sólo pueden entrar los vecinos con las ventanas que dan a la carretera general», el resto tuvo que esperar en la calle.
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Ese fue el caso de las vecinas Estela Fernández y Elena Martínez, del primer y segundo piso, respectivamente. Ansiosas y preocupadas por tener sus hogares «totalmente expuestos», criticaron el «mareo constante, desinformación y descontrol» que se ha ido originando entre el jueves y el viernes, con mensajes «contradictorios» de si podían entrar o no «dependiendo de la hora y del agente de Policía al que preguntaras». Durante unas horas tuvieron que esperar en la calle, entrando por turnos y siempre acompañados de los técnicos del Ayuntamiento y aparejador. «Podemos entrar a por cosas, pero sigue inhabitable», lamentó Martínez.
En el edificio, ahora mismo, no hay calefacción ni tampoco servicio de ascensor, «se ha cortado todo y lo tienen que revisar», explicó Antonio Barrios, presidente de la comunidad. El plan, al igual que en el portal aledaño, es que el lunes ya lleguen las empresas de limpieza para entrar en las viviendas, igual que los peritos del seguro para valorar los desperfectos y empezar con lo primero, cambiar las ventanas.
Precisamente, eso es lo más urgente para varios vecinos, pues les inquieta tener sus casas «abiertas a la gente», sabiendo que si no fuera por la vigilancia policial constante, «ya nos habrían entrado». «Se ha comentado que algunos se pasaron por aquí la primera noche, la del lunes, pero, claro, no pudieron pasar. Mi problema es que no tengo ni persianas, y no sé cuánto tiempo aguantará la policía aquí. Tengo que taparlo», dijo Fernández, preocupada.
Labor municipal
Según se explicó desde el Ayuntamiento, la tarea del jueves se basó en hacer una revisión estructural de ambos edificios, para detectar que no hubiera daño graves o riesgo de derrumbe. Este viernes, lo que toca es una valoración de los desperfectos, pero a nivel de habitabilidad.
«De los portales 71, 73 y 75, prácticamente la totalidad de los vecinos ya entró en sus viviendas. Unos ya pueden vivir, porque no presentan desperfectos, pero otros tendrán que esperar a que trabajen los seguros y se pueda retomar la normalidad», señaló el alcalde Manuel Ángel Álvarez. Se continúa trabajando con maquinaria para recoger los escombros y la investigación sigue abierta, añadió Álvarez.
Mientras tanto, «la labor municipal se mantiene y mientras no se pueda entrar, podrán seguir en la residencia de estudiantes».
Aprovechó el alcalde para transmitir un mensaje de tranquilidad a los vecinos, aquellos que están preocupados por la permanencia policial en la zona. Según el alcalde, «la Policía Nacional estará de continuo hasta que lo estime la Delegación de Gobierno, aunque hay una investigación abierta» por lo que «no se moverán». La entrada momentánea de vecinos, además de las citas con los peritos a partir del lunes, servirán para tapiar los accesos en los casos en los que sea necesario. Además, continuó el alcalde, también se instalarán contenedores en las proximidades a partir de la próxima semana para «echarles un cable» y puedan ir tirando todos los enseres rotos con mayor facilidad.
María 'la brasileña' sigue «grave», pero «sin respiración artificial»
El pronóstico sigue siendo «grave» para María 'la brasileña', la vecina ingresada en la unidad de quemados del Hospital de la Paz de Madrid por ser la herida de mayor gravedad tras la explosión de un edificio en Mieres este lunes.
Con el 30% del cuerpo quemado, el alcalde de Mieres, Manuel Ángel Álvarez, mantiene el contacto diario con la hija María y declaró que los sanitarios «siguen trabajando en ella», aunque ya «se le ha quitado la respiración artificial».
A lo largo del día de ayer le hicieron varias pruebas para estimar el daño real y cuál era el estado actual de los pulmones.
Vecina de 64 años, su edificio es el que se derrumbó tras la explosión. Según las primeras hipótesis de la investigación para saber cuál fue el origen, cuando María entró en su hogar sobre las cuatro de la tarde del día del suceso –unos minutos antes de que explotara–, accionó el interruptor de la luz, lo que derivó a la deflagración de una bolsa de gas que podría haberse acumulado bajo su casa. Esto acabó derivando en la explosión y por eso resultó ser la más afectada por el impacto.
Además de ella, varias personas más acabaron ingresadas en los centros hospitalarios del HUCA (Oviedo), Valle del Nalón (Langreo) y Álvarez Buylla (Mieres), y presentan una evolución favorable.
Por otro lado, al joven de 21 años que se encontraba ingresado en el hospital de Mieres, con problemas en la clavícula, le operaron hace dos días y se prevé que reciba el alta a lo largo del día de hoy.
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