«No hay mayor placer que un buen plato de llámpares»

«Me convertí en el 'hombre llámpara' durante una temporada hasta tenerlo todo escrito», bromeó el histórico preparador rojiblanco.

Su paso por el Real Sporting durante once temporadas –seis de ellas en Primera División– es lo que le ha otorgado «una cierta fama que me hace conocido». Sin contar, añadió, que «soy muy campechano».

El hecho de que en Quintes y Quintueles «haya mucho sportinguista, sobre todo en la Sociedad Cultural y Recreativa Clarín», propició que fuera él quien recibiera la propuesta. «Me hice la pregunta: ¿cómo me lo proponen a mí si no soy maliayo ni tampoco de Les Mariñes? Pero empecé a pensar, y todo salió», comentó. A lo largo de su vida, dijo, ha tenido amistades y vivido anécdotas que lo han vinculado a la zona; gracias a ello y a lo especial del evento, aceptó la invitación de Pepe Pardo, presidente de la entidad.

«Me encanta participar en eventos que hacen feliz a la gente, y el comer le gusta a todo el mundo por igual. Además, no hay mayor placer que un buen plato de llámpares», destacó Ruiz.

Este molusco, «el probe frente a todos los demás», ha sido un alimento habitual en su casa «desde guaje», y aún hoy mantiene la costumbre de hacer visitas periódicas a la costa de Les Mariñes para seguir disfrutándolo. «Si se hacen bien, se convierten en algo único, además de que tienen peso gastronómico», subrayó.

Precisamente, esa será la línea que seguirá su pregón. Desde el principio tuvo claro que «los pregones deben seguir una pauta; unos pueden ser reivindicativos y otros más o menos graciosos. El mío quiero que tenga una conclusión clara».

Por eso incluirá algunas anécdotas especiales en su texto. Entre ellas, hablará de cómo a su amigo y entrenador Manolo Preciado, cántabro, «le sorprendió mucho que comiéramos llámpares y oricios». Le extrañó, continuó, «pero al final, con sidra de por medio, acabó comiéndolos también». Relacionado con esa anécdota, Ruiz se ha propuesto destacar que «en todos los pueblos de Asturias hay un plato típico».

«En Oviedo tienen el menú del Desarme; en Gijón, el bonito; en Avilés, el bollo; en El Entrego, los nabos; en Cabrales, el queso... y podría seguir así», enumeró. Por ello, el papel «reivindicativo» de su pregón irá dirigido precisamente a «potenciar» la imagen de la costa de Les Mariñes, ligándola a este plato tan popular.

«Me gustaría que Quintes y Quintueles aparezcan en el mapa como el lugar donde se comen les llámpares. Es algo que se puede lograr, solo hay que seguir destacando y trabajando en una fiesta gastronómica que ya fue declarada de Interés Regional hace poco», explicó.

¿Y cómo lograrlo? Pues «siguiendo los pasos dados hasta ahora», con pregoneros que lo destaquen y con la colaboración constante de los restaurantes de la zona, todos ellos cercanos a «las playas de Les Mariñes, que son preciosas; allí hay unos locales fabulosos».

Seis restaurantes

Ruiz leerá el pregón el sábado 10, a las 20 horas, en el local social de la entidad organizadora. Su papel, más allá de la lectura, no terminará ahí, ya que tiene pensado participar también «en lo más importante de todo: degustar un buen plato de llámpares, cocinadas de todas las maneras posibles».

Por eso, estará presente en la espicha que se celebrará después en el centro cultural.

La previsión para este año, como en los anteriores, es mantener la línea de éxito en los restaurantes participantes. Para esta trigésimo séptima edición participarán seis establecimientos: cuatro de Quintueles (el local Desi y Pochi; The Green, restaurante del hotel Artiem; la Parrilla Isidro y el restaurante Lola Melón) y dos de Quintes (el restaurante Castañón y Casa Kilo).

Durante el resto de las jornadas –los días 11, 16, 17 y 18 de este mes– se celebrará una 'masterclass' de cocina, un 'podcast' y la entrega de premios del concurso de relatos infantiles.