Quintes se movilizará contra la okupación en Granderroble
Los vecinos temen «ser los siguientes» e instan a conseguir ayuda mientras que la familia de okupas alega que no son «criminales»
Hacer presión y evitar más casos de okupación. Los vecinos de Quintes, en Villaviciosa, acordaron este martes, en una convocatoria de la ... Asociación La Parpayuela, organizar movilizaciones y buscar el apoyo de plataformas especializadas.
Este objetivo se marca tras el último caso de okupación en una vivienda en la zona de Granderroble, en las inmediaciones de la fábrica pastelera, donde una familia con menores accedió al interior el pasado fin de semana. Fueron los propios vecinos quienes dieron la voz de alarma al propietario, que ya ha interpuesto una denuncia ante la Guardia Civil por usurpación.
El problema es, tal y como discutieron algunos residentes de la zona en la reunión, «que lo que le ha pasado a este chico le puede pasar a cualquiera», el denominado «efecto llamada», que ha puesto en vilo a los vecinos y ha motivado que tanto las asociaciones de Quintes como la de Quintueles hayan solicitado indicaciones de prevención a la Guardia Civil.
Sin embargo, «¿qué se puede hacer cuando ahora ya es todo tema con el juez?», se preguntaron durante la convocatoria. La premisa es sencilla: «mantenerse alerta y hacer presión», señaló Dioni Novel, presidente de la entidad vecinal de Quintes. Los nervios «no son buena compañía», insistió, y pidió «no tomar medidas violentas« contra los okupas, »pues eso irá a peor«.
La única opción que queda es «movilizarse, hacer un llamamiento en redes sociales e ir picando puertas para reunirnos delante de esa casa«, concluyeron todos. Contarán también con apoyos, con el firme propósito de »intentar conseguir todas las ayudas posibles de las administraciones«.
Algunos vecinos se enteraron en la reunión de cómo fue el caso. Ocurrió, explicaron, «el sábado pasado, sobre las siete de la tarde; llegaron en unos coches y entró un grupo de adultos con menores y unos perros». El domingo, al comprobar que habían pasado allí la noche, «se llamó al dueño y corroboró que no había invitado a nadie a la casa», a donde suele ir los fines de semana. Desafortunadamente, «como ya habían dormido allí no se les pudo echar», y les consta que este grupo ya ha hecho uso de la maquinaria de la finca y ha tocado los coches del interior.
El propietario ya ha puesto en marcha el procedimiento con sus abogados y esto, dijo Novel, «le ha destrozado», arrastrándolo junto con sus propias complicaciones familiares. Además, la casa okupada comparte finca con otra vivienda de la familia, lo que incrementa el temor de que «si al final los echan de una, acaben entrando en la otra».
«Desesperación»
Por su parte, el grupo que ha entrado en la casa lo forma una familia de cinco miembros, dos de los cuales son menores. Uno de estos inquilinos quiso hablar con EL COMERCIO y explicar su situación personal, insistiendo en todo momento en la misma premisa: «No somos delincuentes, solo buscamos un lugar donde vivir».
Así se lo dijeron al dueño cuando se presentó con la Guardia Civil el pasado domingo, pero este «no nos quiso escuchar; le propusimos pagárselo todo, la luz, el agua, el gas... lo que sea, hasta que nos vayamos, incluso un alquiler».
Es una situación, subrayaron los miembros, movida por la «desesperación», tras perder su anterior casa en Oviedo, con dos niños a cargo y «sin un lugar donde dormir; tuvimos que pasar la última noche en el coche».
Según este grupo, niegan que la vivienda fuera usada habitualmente y aseguran que «no vivía nadie aquí desde hace quince años por lo menos«, tal y como, según ellos, corroboraron al acceder al interior de la casa. Aunque los vecinos de la zona lo niegan y señalan que el dueño es »muy asiduo, viene cada poco, cuando puede«.
El grupo no se cierra a «hablar con el propietario» y dice que colaborará con la justicia, pero que no se irá.
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