Ampliar la 'Y' con un tercer carril exige 25,79 millones entre Oviedo y Lugones

Ampliar la autovía 'Y' con un tercer carril sale más caro de lo que se creía. Solo para la obra de dos años que se madura en el tramo Matalablima (Oviedo)-Lugones, el presupuesto asciende a los 25,79 millones. Así figura en la parte del proyecto constructivo que ayer el Ministerio de Fomento sometió a información pública. En mayo de 2017, cuando el departamento contrató un servicio de consultoría para perfilar ese proyecto, el cálculo de costes que manejaba era de 20,5 millones, suma provisional que se venía manteniendo desde 2005 cuando se dio 'luz verde' a la primera orden de estudio de la actuación. Es decir, una vez puestos a concretar la faena y analizado con detalle todo el movimiento esperado de operarios, camiones y materiales, los ingenieros han tenido que terminar aplicando un alza de precios del 25,8%.

Queda por ver si ese baño de realismo termina afectando también a la segunda fase, esto es, la ampliación de los tramos Lloreda-Tamón y Serín-Lugones. Con el anterior ministro, Íñigo de la Serna, el 13 de noviembre de 2017 se llegó a aprobar una orden de estudio, trámite que facultaba al departamento de Carreteras para contratar la redacción de un anteproyecto. La idea era que la consultora echara unos cálculos preliminares sobre la viabilidad y rentabilidad del proyecto. Con esos números el anterior equipo ministerial tenía previsto calibrar si se daban condiciones para captar financiación privada y de la Unión Europea, lanzando en un siguiente contrato de proyecto y obra toda la actuación. Al contratista se le retribuiría a plazos una inversión estimada entonces en los 95,4 millones.

El citado anteproyecto no ha salido a licitación, pero desde Fomento aseguran que no es un asunto «descartado». «Se está estudiando la mejor manera de acometer la actuación, si procede la redacción de un anteproyecto o quizá sea mejor la redacción de un proyecto», apuntan desde el departamento a EL COMERCIO.

Lo que avanza más decididamente es el tramo Oviedo-Lugones. Ayer el ministerio sometió a consulta pública el anejo de expropiaciones, para que los propietarios afectados tengan la oportunidad de manifestarse. En su día se hizo ya una información pública con el primero estudio de la actuación, pero al entrar en detalle se han descubierto novedades que afectan a la ocupación de suelos.

Aunque el nuevo carril que se agregará a cada calzada se ejecutará en su mayoría sobre el terreno que ahora ocupa la mediana, hay afecciones también en los márgenes. En total la superficie afectada es de 338.300 metros cuadrados, si bien casi todo es suelo ya catalogado dentro de la servidumbre de la propia 'Y'. Solo se contempla la expropiación de dos parcelas, una calificada como pradera y otra como suelo improductivo. Aplicado un 25% para imprevistos, el proyecto estima que podrá resolver las incautaciones de suelo con 5.830 euros.

La fase de información pública se convoca otorgando veinte días a los afectados para manifestarse. Ceñir la cuestión al asunto de las expropiaciones supone que el proyecto madurado entre la Dirección General de Carreteras y las consultoras LRA Infraestructures Consulting y LCA sigue en líneas generales las características apuntadas durante la fase de estudio informativo, al que también pudieron alegar administraciones, ciudadanos y empresas, y que terminó acordando que se aplicaría una solución para minimizar el ruido del tráfico a las viviendas colindantes.

La resolución actual matiza que no está todo resuelto, y que los técnicos deberán seguir afinando la parte del proyecto dedicada a precisar las tuberías, tendidos, y cableado que entorpece la obra y debe ser movido de sitio.