Un tren con más de 300 pasajeros, atrapado en la Variante durante 10 horas

La red de transportes también se vio afectada, y mucho, por el apagón que este lunes sufrió toda España. Especialmente, la red ferroviaria, en la que quedaron parados un total de 116 trenes de viajeros, que a la hora del incidente circulaban por distintos puntos del país. Veintiséis permanecían todavía sin evacuar a última hora de la tarde, según informaba el ministro de Transportes, Óscar Puente, a través de sus redes sociales. Uno de ellos atravesaba la Variante de Pajares cuando se interrumpió repentinamente el suministro eléctrico. A bordo iban 300 pasajeros.

La solución planteada por el Ministerio de Transportes: enviar una locomotora impulsada por gasoil para tirar del convoy, que quedó parado a la altura del túnel de Los Pontones. Diez horas después, los viajeros seguían en el mismo sitio. Una situación tan insólita, o más, que el propio apagón. De hecho, cuando cayó la noche aún seguían sin tomarse medidas. Sobre la mesa, dos posibilidades: o bien evacuar a las personas afectadas por carretera hasta Asturias o bien arrastrar el convoy hasta León. Finalmente, se optó por lo segundo y los pasajeros llegaban a la estación leonesa a 30 kilómetros por hora a las once y cuarto de la noche.

Atrás dejaba momentos de mucha tensión. «Horas y horas a oscuras y sin aire dentro de un túnel de 25 kilómetros», clamaban en redes sociales quienes pasaron por este trago que parece de otro siglo en cuanto se recuperaron las conexiones en los móviles. «Al principio, ni los maquinistas sabían lo que pasaba. Y ahí metidos, sin saber lo que estaba ocurriendo fuera, se nos llegó a pasar por la cabeza que Putin había armado alguna», trasladaron a sus familiares.

Dentro del tren, hubo ataques de pánico e incluso quien rompió a llorar por «los nervios» durante una espera demasiado larga y «sin explicaciones» oficiales. Aunque la mayoría de viajeros fueron trasladados a León, hubo 26 a los que se les dio una salida de urgencia, al tratarse fundamentalmente de familias con niños. De ellos, nueve tuvieron que ser alojados en la residencia universitaria de Mieres al no residir ni tener familiares en el Principado.

En realidad, el servicio ferroviario estuvo suspendido durante prácticamente toda la jornada, sin salidas ni llegadas de trenes. La falta de suministro eléctrico y su afectación a los sistemas de mando y señalización repercutió tanto en la circulación de media y larga distancia -que no pudo restablecerse en todo el día- como en los servicios de Cercanías. En Asturias, el apagón dejó un tren parado a la entrada de Oviedo; otro, entre Santiago del Monte y Soto del Barco; y un tercer convoy quedó «incomunicado» entre Grado y San Román. En total, una treintena de pasajeros afectados.

Aunque a última hora del día volvía la luz a Asturias, el Ministerio insistió en la conveniencia de «no acudir a las estacionamientos hasta nuevo aviso» y evitar los desplazamientos en coche. Algo que tuvo influencia directa en el transporte por carretera, que operó con relativa normalidad y se convirtió en la única alternativa de transporte durante buena parte de la jornada: «Los autobuses van llenos».

En cuanto al tráfico aéreo, permaneció operativo gracias a que los aeropuertos españoles, incluido el de Asturias, disponen de un sistema para contingencias a base de generadores de gasoil. Hubo retrasos y algunas restricciones en el espacio aéreo del norte, explicó el ministerio.

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