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Hilda Álvarez continúa al frente de la Asociación de Enfermos de Parkinson, Aparkas, desde su domicilio de Piedras Blancas (Castrillón). OMAR ANTUÑA
Coronavirus en Asturias | Los pacientes crónicos se sienten «los grandes olvidados y abandonados de la crisis sanitaria»

Coronavirus en Asturias | Los pacientes crónicos se sienten «los grandes olvidados y abandonados de la crisis sanitaria»

Tras la suspensión de terapias y revisiones médicas por la pandemia, la asociaciones alertan de las «severas secuelas» que sufren los enfermos

EVA FANJUL

GIJÓN.

Lunes, 7 de septiembre 2020, 01:18

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«Yo llevaba muchos años en los que estaba muy bien, pero tras meses sin poder asistir a terapia he perdido movilidad, me noto con más lentitud y se han incrementado los dolores en todo el cuerpo», relata Hilda Álvarez, presidenta de la asociación Parkinson Asturias. A ella, como a miles de enfermos crónicos de la comunidad, el confinamiento le supuso suspender de golpe todas las terapias físicas y cognitivas que les ayudan a afrontar sus patologías, en gran parte degenerativas. El parón ha pasado una enorme factura a su estado de salud y a su calidad de vida.

Las diversas terapias que recibe le permiten «estar bien y valernos por nosotros mismos», asegura Hilda Álvarez. Precisamente, son las asociaciones las que organizan la mayoría de estas actividades terapéuticas a través de sesiones, cursos y talleres que imparten profesionales sociosanitarios muy especializados. Ahora, a pesar de que el estado de alarma ha finalizado, «la crisis sanitaria permanece» y muchas de estas organizaciones no pueden retomar una mínima actividad porque dependen de instituciones locales que mantienen cerradas las instalaciones que antes de la pandemia acogían sus programas terapéuticos. En otros casos deben limitar y mucho el número de usuarios que asisten a terapia para cumplir con las normas de seguridad y mantener la distancia social.

Pero este es no es el único problema al que se enfrentan. El miedo a la covid ha calado hondo en la población más vulnerable y muchos pacientes crónicos se resisten a salir de casa y reanudar las sesiones a las que antes asistían puntualmente. «La gente tiene miedo y con la aparición de los brotes aún más, así que nos enfrentamos a un doble problema», asegura Álvarez.

Revisiones aplazadas

La situación derivada de la pandemia influyó en el «aumento de la ansiedad en un tanto por ciento elevado de los pacientes con cáncer, señala la presidenta de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en Asturias, Margarita Fuente. Los pacientes más afectados psicológicamente fueron los que se encontraron «en una determinada situación familiar, con más aislamiento y soledad, algunos también con dificultades económicas», indica Fuente. Pero, en general, lo que más preocupación generó en este colectivo fueron «los retrasos en la realización de algunas pruebas diagnósticas y revisiones», destaca. Sí se mantuvieron «los tratamientos activos, como las sesiones de quimioterapia o radioterapia», destaca.

En este sentido, «los usuarios fueron abandonados y los pacientes crónicos han sido los grandes olvidados y se encuentran ahora en una situación de vulnerabilidad máxima», denuncia Susana Pérez-Alonso, presidenta de la Asociación de Usuarios de la Sanidad del Principado de Asturias (ASENCRO). El cierre de las consultas generó «un enorme retraso en las revisiones que, en casos con patologías graves, pueden llegar a diez meses e incluso un año», denuncia.

En cuanto a la necesidad de asistencia en Atención Primaria, Pérez-Alonso pide que «se abran las consultas y se ponga fin a la atención telefónica de forma inmediata». Muchos pacientes crónicos precisan «un seguimiento presencial que no admite alternativa telemática». En cuanto a los consultorios periféricos, considera que su apertura «no es esencial siempre que se garantice el transporte sanitario para todos los pacientes al centro de salud de referencia». Además, reclama la presencia de UVI móviles en las alas, «para garantizar la atención de las emergencias graves tanto en el oriente como en el occidente de la región, mientras dure la crisis sanitaria».

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