La cosecha de fabes se prevé «mejor este año, pero hay menos terreno sembrado»
Alternativas. ·
El presidente de la IGP Faba Asturiana, Sergio Suárez López, afirma que las ayudas de la PAC no son la salvación del sector: «necesitamos rentabilidad»
La cosecha de fabes en Asturias se prevé «buena este año», o al menos mejor que la del año pasado, que de acuerdo con los propios productores fue «catastrófica. La peor en 20 años». En esta ocasión, aunque los cosecheros mantienen su preocupación debido a las condiciones meteorológicas y por las enfermedades que puedan volver a generarse, la esperanza de tener un buen resultado es mayor. El cultivo de fabes se vio afectado en 2024 por el hongo de la antracnosis, que generó pérdidas de hasta el 85% de la producción. Ante tal panorama, los agricultores tienen ahora la esperanza de que esta cosecha, que apenas empieza, sea mejor que la del año pasado, porque «es difícil que un año tan malo pueda volver a repetirse», dicen.
En otras palabras, este año se espera que la producción supere la del año anterior, que fue sólo de 265 toneladas producidas y 78 toneladas certificadas. Todo ello debido mayormente a las lluvias de primavera y verano que afectaron su desarrollo y generaron la proliferación del hongo de la antracnosis, que dañó la calidad de la faba e impidió su posterior comercialización.
Víctor Berdasco, gerente de Legumbres la Tierrina Vaqueira y vocal de la Cofradía Amigos de las Fabes, explicó que «se espera que este año sea mejor, aunque hay una superficie sembrada inferior a otros años, debido a que ante las pérdidas del año pasado, muchos productores bajaron la persiana», comentó.
Sin embargo, ante la mala cosecha del 2024, muchos productores, según destaca Berdasco, este año han tomado mayores previsiones. «El año pasado casi nadie tenía seguros agrarios. Este año los tiene todo el mundo. Además, se está trabajando en el desarrollo de semillas resistentes al hongo de la antracnosis. Es verdad que todavía no es una realidad, pero se está haciendo todo lo posible por conseguir esas semillas resistentes al hongo, lo más pronto posible», indicó el gerente de Legumbres la Tierrina Vaqueira.
Una actitud más profesional
Víctor Berdasco asegura que este año los cosecheros han tomado una actitud y una mentalidad «menos romántica y más profesional» sobre la plantación de fabes, lo que ha llevado a la toma de medidas y precauciones en caso de pérdidas.
Aún así, dice Berdasco «la incertidumbre sobre el tiempo sigue estando. Al final dependemos del tiempo para tener una buena cosecha», señaló.
Lo mismo piensa Sergio Suárez López, presidente de la IGP Faba Asturiana desde 2020, quien lleva más de dos décadas dedicado a la producción de fabes en Coaña. Un oficio que inició a los 22 años y que aprendió de sus suegros. Para el presidente de la IGP se necesitan más productos fitosanitarios para combatir los hongos en las plantaciones, pero aún así, esta cosecha se prevé mejor que la de 2024. «Necesitamos mejores semillas, resistentes a los hongos, pero se está trabajando en ello. Lo que se ha hecho este año es la rotación de los terrenos, es decir, muchos cosecheros han buscado sembrar en otras fincas para intentar tener un mejor resultado», comentó.
Y es que para Suárez, el 2024 fue un año «inédito» que quedará grabado en la memoria de todos los agricultores. «El 2024 fue tan malo, que este año se espera algo mejor porque es casi imposible repetir algo tan terrible», subrayó.
Aunque el presidente de la IGP Faba Asturiana está convencido de que «las ayudas de la PAC, aunque son necesarias para poder paliar las pérdidas, no son la salvación del sector. Lo que necesitamos es que nuestros negocios sean rentables, y actualmente no lo son», precisó.
Sergio Suárez explica que actualmente los costes de producción están alrededor de los seis euros el kilo. «Para poder cubrir los costes de producción necesitamos rentabilidad. Dependemos todos los años de la meteorología y la verdad es que nunca tendremos el control de cómo venga el tiempo. Pero de momento no está viniendo mal», zanjó.
Por su parte, Antonio Sánchez de la Cofradía Amigos de las Fabes indicó que este año los productores han decidido recoger la faba más en fresco que en seco, porque así «hay menos probabilidades de que se vea afectada por los hongos, ya que, se conserva mejor», contó.
En otras palabras, aunque se espera que esta cosecha sea mejor, los productores siguen enfrentando desafíos relacionados con las condiciones climáticas y los hongos, que afectan la calidad de los cultivos.
