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«Desde aquí, si hay alguna autoridad que me oiga: queremos saber la verdad, queremos saber qué pasó». José María Cantera se pronunciaba ayer como sacerdote, pero también como amigo estrecho de la familia, en la misa de despedida a Pablo González Artime, uno de los tres trabajadores que fallecieron el jueves en Coaña al derrumbarse una nave ganadera en construcción. En este último adiós a «una persona buena y muy trabajadora», la iglesia de San Martín de Cardo (Gozón) se quedó pequeña y muchos asistentes tuvieron que quedarse fuera del templo.
«Es una injusticia. No sé cómo pudo haber pasado esto», le daban vueltas al suceso amigos y vecinos de este gozoniego de 46 años, que era uno los técnicos más experimentados en la instalación de equipos de ordeño y pertenecía a una familia muy querida, que ahora «está rota de dolor». Al igual que Pablo González Artime, el jueves fallecían en Coaña Daniel Sánchez Llanes, de 52 años y vecino de Serantes, y Félix Manuel Arias Díaz, de 60 años y nacido en Tineo. En el acciddente, además, resultaron heridas de gravedad otras tres personas.
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Daniel Sánchez, que trabajaba para la empresa Horvalsa y conducía la hormigonera que quedó sepultada bajo los escombros, fue despedido el viernes en una ceremonia íntima. Y por Félix Manuel Arias, que trabajaba desde hacía tiempo en la explotación ganadera donde se produjo el derrumbe, se celebraba ayer una misa funeral en la iglesia parroquial de Sobrado, donde las escenas de emoción y el cariño de familiares, amigos y vecinos estuvieron a la altura de un suceso que ha consternado a toda Asturias.
«La gente del campo, que tiene una vida difícil, merece que todo se clarifique para que podamos tener consuelo», pedía el párroco José María Cantera desde San Martín de Cardo, la iglesia en la que Pablo González Artime se bautizó y se casó –estaba a punto de celebrar su aniversario de boda–, y en la que ayer se puso en valor «la dignidad de la vida ganadera». Desde el altar, el sacerdote se dirigió a su viuda y la alentó a «luchar por el regalo tan especial que te dejó Pablo, vuestra hija. No os quito de la mente a ninguno, sobre todo a ti y a la nena».
También quiso reconfortar a su padre, Javier González, «vértice familiar», que «en los 16 años que llevo de cura aquí, siempre me animaste y me diste una palabra de aliento en momentos difíciles. Quisiera que lo que yo diga hoy os sirviera a ti y a tu familia». Las cariñosas palabras del sacerdote, a veces entrecortadas por la emoción ante «la muerte trágica de Pablo», conmovieron a los presentes. Pero José María Cantera fue rotundo, además de emotivo, y con voz firme reclamó «la verdad» de lo ocurrido. Investigando están ya los efectivos de la Guardia Civil, que ha inspeccionado las instalaciones de Casa Cancello incluso desde el aire.
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