El sector de la faba se está profesionalizando
Los nuevos datos de la IGP Faba Asturiana indican que su cultivo empieza a ser prioritario
La nueva cosecha de la IGP Faba Asturiana la trabajan 140 agricultores con 28 hectáreas más que en la campaña pasada, lo que se traduce en que el sector se está profesionalizando. ¿Por qué? Porque para poder vivir de su cultivo no basta con una hectárea. Se necesita más, y en ello están.
«Antes, hace diez años, no había rendimiento porque se tenía el cultivo de la faba como algo secundario, pero hay experiencias rentables que demuestran que se puede vivir de ello», incide el presidente de la IGP, Sergio Suárez. Él, convencido de estar en «un sector con futuro», además de atraer nuevas manos profesionales trabaja por hacer ver a los agricultores que no se trata de entrar por hacer algo, porque sí, porque es lo que se hizo en casa toda la vida o porque dan ayudas, «aquí tienen que venir convencidos y concienciados».
Como no se trata de crecer solo en cantidad, sino también en calidad, el consejo de la IGP Faba Asturiana impartió antes de verano dos cursos de formación específica que ayudaron a sentar buenas bases. «Nuestra intención era organizar uno enfocado a atender a las nuevas incorporaciones porque la enseñanza era un asunto que llevaba años sin tenerse muy en cuenta, pero ante la elevada demanda tuvimos que hacer dos, uno en Navia y otro en Grado. Cada uno con 15 plazas y de dos semanas de duración», detalla Paula Álvarez, la directora técnica del consejo. La mayoría de los participantes, en torno al 80% fue, efectivamente, incorporaciones de los últimos años, pero el resto de plazas las ocuparon interesados en sumarse. No solo aprendieron a cultivar, también a hallar la rentabilidad, a orientar sus inversiones y a posicionarse en internet utilizando redes sociales. «Tienen que entender que ellos son empresa, trabajadores y administradores y que van a vivir de lo que producen, por lo que tienen que saber manejar costes y rentabilidad», explica Suárez.
Los cursos permitieron romper otra barrera, quizás la más importante, y es que los participantes hicieron piña. Se conocieron e intercambiaron impresiones permitiendo una incipiente unión en el sector, desunido por tradición. Era un cultivo por lo general secundario y muy repartido, por lo que las comunicaciones no se buscaban.
La realidad de la IGP Faba Asturiana en cuanto al perfil de sus productores está cambiando. La edad media ahora oscila entre los 30 y 40 años cuando, hace una década, la mayoría de agricultores rondaba los 50 y 60 años y hasta había varios que superaban los 70. «Ahora tenemos a varios veinteañeros, algunos de los cuales empiezan ahora en la faba por decisión propia y no no por tradición familiar», detalla Álvarez.
El occidente sigue siendo su terreno favorito, aunque en Villaviciosa están creciendo considerablemente el número de hectáreas cultivadas.