Barbón: «Anoche se pusieron las cosas difíciles, pero hemos logrado que no se queme ningún pueblo»
«Esto es como una guerra», explicó el presidente del Principado, que obligó a la vuelta de la UME para trabajar en Degaña, y la necesidad de que un avión de coordinación regule el ingente tráfico de respuesta aérea. El Consejo de Gobierno aprobará más fondos para que los pueblos tengan «sistema primario de defensa contra el fuego»
«Anoche se pusieron las cosas difíciles, pero en Asturias hemos logrado que no se haya incendiado ningún pueblo». El presidente del Principado, Adrián Barbón, volvió a presidir la reunión del comité de crisis del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) que se celebra en las instalaciones del Servicio de Emergencias del Principado (SEPA) en La Morgal. Acompañado por el consejero de Movilidad, Medio Ambiente y Gestión de Emergencias, así como por la delegada del Gobierno en Asturias, Alejandro Calvo y Adriana Lastra, respectivamente, el jefe del Ejecutivo asturiano quiso lanzar un mensaje de tranquilidad ante los incendios forestales: «Son días duros, aquí nadie descansa, pero estamos logrando contener los incendios. Nuestro objetivo es que no afecten ni a personas ni a los pueblos».
Y, por el momento, lo están consiguiendo. Tiene Asturias aún cinco focos diferentes, de los que tres son los que más preocupan: Degaña, Genestoso y Somiedo. El primero fue el que mayor susto generó ayer, «porque con el cambio ambiental, la elevación de las temperaturas y la entrada de viento sur tuvimos que recurrir a todos los medios de que disponíamos. Anoche se pusieron las cosas mucho más difíciles». Tanto que fue necesaria la vuelta de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que se quedó allí de forma permanente. «Con su llegada y la actuación combinada del operativo terrestre y de los medios aéreos nos ha permitido contener el avance del fuego hasta Ibias».
Aunque el humo parecía indicar que el fuego ya estaba en Ibias, «no sucedió. El fuego estaba doscientos metros más atrás que el humo». En esa zona, localizada en el pueblo de Cienfuegos, «se está culminando la última barrera defensiva que es clave para evitar que siga avanzando hacia Ibias». En Ibias, así como el resto de pueblos con amenaza de llegada de los incendios nacidos en León «estamos haciendo un perímetro para protegerlos», señaló el presidente.
En Degaña trabajan Bomberos de Asturias, la Brigada de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) de Tineo, la de régimen domiciliario y la de Navarra. Además de la UME están bomberos franceses y cuatro bulldozer. Desde el aire trabajan un helicóptero de Bomberos de Asturias, uno bombardero de Ibias, dos aviones anfibios del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. De hecho, explicó el presidente que «es tal el despliegue aéreo que tenemos un avión de Coordinación (Aco) del ministerio que coordina todo el operativo.
El fuego que se mantiene desde el inicio de la ola de incendios es el de Genestoso, que también se reactivó «por la subida de temperaturas». De nuevo los vecinos preocupados, porque veían las llamas acercarse, llevaron a los efectivos a «hacer un contrafuego en todo el perímetro del pueblo», de forma que, rodeado de tierra quemada, el fuego no pueda avanzar. «A lo largo de esta mañana se culminará», aseguró Adrián Barbón. Sobre el terreno están Bomberos de Asturias, de Grecia, la UME «que llegó de madrugada y se quedó en el pueblo con los vecinos», además de dos empresas forestales. Desde el aire, un helicóptero de Bomberos de Asturias.
Respecto al iniciado la pasada semana en Somiedo, en las localidades de Caunedo, Gúa y Perlunes, también el fuego ha avanzado. «Pero también se está intentando controlar, a la espera de que mejoren las condiciones ambientales», no solo que bajen las temperaturas «cosa que no ocurrirá en estos días», sino, también de que llueva. De momento, en tierra están Bomberos de Asturias, Bomberos de Andorra y dos cuadrillas de empresas forestales. Desde el aire, otro helicóptero de Bomberos de Asturias.
«Hemos visto que los helicópteros son más precisos para este tipo de incendios que tenemos en Asturias, en cumbre, que los aviones anfibios», apuntó Adrián Barbón. Volvió a recordar que «en Asturias es que tenemos un servicio de emergencias integral, que en otras comunidades no existe», además de la inversión «en crear 124 nuevas plazas de bomberos propios de Asturias», a los que se sumarán «40 más». Todo eso sale «de los presupuestos asturianos de 2024 y de 2025», a lo que se añaden los 18 millones del fondo de prevención de incendios para los ayuntamientos. «Les ha permitido, como en el caso de Degaña, que haya nueve cortafuegos, aplicado en base de esos fondos».
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«Menos de 6.000 hectáreas quemadas»
Tres incendios activos que se suman a otros dos ya estabilizados. El de Camarmeña, en Cabrales, que obligó a cerrar la Ruta del Cares, y el de La Uña, en Ponga. En el primero hacen labores de seguimientos efectivos de la Guardería de Medio Rural. En el segundo, trabajan Bomberos de Asturias y una empresa forestal«.
De momento, la cifra de hectáreas quemadas «queda por debajo de las 6.000», ya que una cosa es el perímetro y, luego, realmente la tierra quemada. Recordó Adrián Barbón la dificultad de trabajar con fuegos de sexta generación en territorios altos, como las cumbres, de alto valor ecológico, «con un 60% de propiedad privada». El presidente dejó claro que «la dimensión de nuestros incendios es más contenida que en otras comunidades. Son territorios de alto valor ecológico, en los que viven personas y el objetivo es proteger a las personas y a los pueblos. Hemos sido capaces de evitar que ningún pueblo se incendie. Las autobombas de Ibias están para proteger a los pueblos», sentenció.
Mirando al futuro, el presidente anunció que ha solicitado «al Consejo de Gobierno, en la reunión de mañana lo hablaremos, que en el presupuesto de 2026 tiene que haber un incremento de ese fondo a los ayuntamientos dirigido a los pueblos, para que tengan un sistema de protección primaria». Una fórmula de trabajo exitosa «como se vio en Degaña», al evitar el salto del fuego a Ibias. «Ahora mismo vamos entre 48 y 72 horas por delante de los fuegos», pero «seguimos sin descansar. Esto es como una guerra», reiteró.