«Nosotros no llegamos a confinar a usuarios en las habitaciones», dice el director de Santa Bárbara

«Sin trabajo no hay suerte, pero sin suerte, el trabajo no es suficiente. Nosotros hemos tenido las dos cosas». Jorge Suárez, director de la residencia pública Santa Bárbara, de Sotrondio, lleva un año inyectando positividad. «Llegué al cargo hace dos años, pero con lo que ha pasado en los últimos doce meses me parece mucho más».

Responsable de uno de los centros de la red pública, que gestiona Establecimientos Residenciales para Ancianos (ERA) Suárez, se sabe afortunado «porque no hemos tenido ningún fallecido por esta pandemia», mientras otros compañeros, «que han hecho el mismo gran trabajo que nosotros, sí registraron defunciones. En esta crisis, el trabajo y la suerte van de la mano».

La menor presión de la enfermedad en la residencia de Sotrondio permitió «que no llegáramos a confinar a usuarios en las habitaciones». Del mismo modo, la especial característica del edificio «con un jardín interior, otro exterior y alejada del centro», ha permitido «que los usuarios tuvieran más sensación de exterior. No pudieron relacionarse con la comunidad, pero sí salir al exterior».

Emocionado, asegura que «en este año, muchas cosas me han impresionado, pero el valor de los mayores para adaptarse a esta situación tan dura ha sido excepcional». Porque, pese a los jardines, a las vistas al monte, las familias no han podido estar. «Sí hemos hecho muchísimas videollamadas, pero lo de asomarse a la ventana o a la verja nos pareció que no era lo adecuado».

Y, sobre todo, han multiplicado «la actividad en el interior». Han tenido carnaval y «cine, con palomitas y todo». Los usuarios, en grupo de dos, elegían película y asistían a una sesión de cine. 'Con faldas y a lo loco' fue la más vista. Una vez vacunados, todos quieren ya 'Volver a empezar'.